TEORÍAS Y METODOLOGÍAS DEL ESTUDIO DE LAS RELIGIONES
Material preparado por Francisco DIEZ DE VELASCO
UNIVERSIDAD DE LA LAGUNA
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El método comparativo (la comparación) en el estudio de las religiones

El método comparativo permite relativizar las informaciones de índole religiosa de una sociedad específica y por tanto analizarlas de un modo más profundo; a la par permite relacionar diferentes religiones por medio del análisis de sus características comunes. Al comparar es tan importante determinar las semejanzas cuanto las diferencias e intentar producir instrumentos analíticos para intentar explicarlas. Desde Max Müller la comparación es elemento definitorio en el estudio científico de las religiones, la máxima ya citada «quien conoce solo una religión, no conoce ninguna» resume esta postura. Por ejemplo, conocer un ritual tal como se desarrolla en una cultura determinada (por ejemplo la libación en la religión griega) no alcanza la misma capacidad explicativa que si ese ritual se compara con otros equivalentes en otras culturas, conformando una teoría general de ese ritual específico (en este caso una teoría general de la libación), de vuelta a la libación griega se pueden así entender las semejanzas y las diferencias con otros rituales de libación y por tanto profundizar, por medio de la comparación intercultural, tanto en el ejemplo específico, como en el ritual de libación en general.

Pero el método comparativo ha de utilizarse de un modo no reduccionista (quizá la posición reduccionista es la que ha generado el mayor número de detractores frente a esta herramienta de pensar la religión, aunque se reivindica y sigue reivindicándose y no solo por intelectuales europeos de la órbita italiana o francesa, por ejemplo William E. Paden, New Patterns in Comparative Religion, Bloomsbury, 2016). Hay que comparar pero teniendo en cuenta el cambio y no generar modelos ideales o atemporales (un islam, un catolicismo o un taoísmo, por ejemplo, de los que se ofrecen las grandes líneas, como si la historia no hubiese marcado las permanentes mutaciones que impiden reducir las religiones a líneas maestras más allá de tiempo y espacio, aunque pudiera ser una tentación muy fuerte, por ejemplo a la hora de hacer fenomenología). Las sociedades se transforman de igual modo que las religiones y la dinámica es ingrediente clave, en mayor medida en el caso de religiones con gran perdurabilidad.
Sin duda comparar es simplificar en algún grado, reducir, pero no se puede caer en la caricatura o forzar las comparaciones. En cierto modo el juicio posterior es el que determina la validez o no de análisis comparativos específicos, así el estudio de los ritos de paso de Arnold van Gennep todavía tiene vigencia como modelo explicativo a pesar de resultar centenario mientras que las comparaciones que desarrolló James Frazer no han alcanzado esa perdurabilidad en muchos casos. Comparar es una labor de análisis intercultural que ha de ser consciente de la diversidad de las culturas humanas, aunque la igualdad de respuesta es una probabilidad alta, no es un absoluto y los seres humanos han ideado una riqueza extraordinaria de respuestas que configuran la gran diversidad, por ejemplo, de las religiones y de los desarrollos específicos dentro de cada religión según ámbitos geográficos, sociológicos o personales. Comparar es también estar abiertos a la posibilidad del error que puede provenir de los límites de los instrumentos de análisis que se emplean: que los fenómenos místicos entre diversas culturas puedan parecerse no excluye que, al resultar refractarios a la verbalización (el ámbito en el que se manifiesta de modo más eficaz el modo de pensar científico), compararlos pueda ser errar completamente.
La comparación entre formas religiosas desarrolladas por sociedades diferentes no es solo una posibilidad teórica, sino que es una de las piezas claves en el método histórico-religioso (a la hora de pensar cualquier tema teniendo en el horizonte una mirada general), que, tras haber sido depurado de los excesos en su aplicación en el siglo XIX y comienzos del XX, se muestra como uno de los fundamentos básicos del carácter autónomo de la disciplina, al ser el medio gracias al cual se superan las delimitaciones interculturales y se desarrollan análisis sensibles a los procesos de cambio en incesante construcción. Las religiones no forman por tanto un mosaico independiente, sino que muestran una dinámica de interacción (por medio del contacto, de la opción por modelos de desarrollo más competitivos y por la propia identidad de los seres humanos que las crean), que al hacer estallar el estrecho (desde este nuevo punto de vista) marco de estudio de cada cultura y consolidar puentes teóricos con otras (vecinas o no) permiten sustentar la identidad de una disciplina que intenta su estudio como un conjunto específico.


EJEMPLO:  los límites de la comparación: pesado del alma y las diferencias entre religiones

En una de las hipótesis sobre el orígen del monoteísmo en la historia de las religiones se plantea que el núcleo de dicha innovación fue Zarathustra y la religión que funda. Se dice que influyó en la religión judía y en las derivadas de ésta.
Hay una tendencia a emplear el método comparado de un modo que privilegie las relaciones genéticas entre modelos religiosos...
Se utilizará un modelo imaginario: el del pesado del alma, que se detecta en las religiones del Irán y en el parsismo, el el Egipto antiguo, en el cristianismo... Pero se evidenciará que los modelos de imaginar, por ejemplo, el pesado del alma y el viaje de la misma tras la muerte, aunque parezca resolverse de modos parecidos... no significan lo mismo...


Visión parsi: pasando el puente Chinvat (de la separación) y pesando las almas, manuscrito parsi (BN, París)


Kerostasias: plato Louvre G 399 (h. 450);dinos f.n. Viena Kunsth. Mus. IV 3619 (hacia 540)ánfora Louvre CA 2243 (h. 470);Lécito de f.n. British Museum B639 (c. 500-480) p. de Safo; Roma, Villa Giulia 57912 (c. 520-510) de Epicteto


Libro de los muertos, p. Hani, hacia 1250 Britsh Museum 10470, pesado del corazón

Libro de los muertos, p. Hunefer, hacia 1310 Britsh Museum 9901, pesado del corazón


Altar de San Miguel, Suriguerola, s. XIII, S. Miguel y el diablo pesan los destinos


El alma cruza el puente estrecho, mientras se pesan sus almas, fresco de la iglesia de Santa María, Loretto Aprutino, s.XIII

Parecen escenas muy semejantes desde el punto de vista de la iconografía, pero su significación es muy diferente:
    -En la mitología griega: narración de Aquiles y Sarpedón que marca el destino del guerrero (el poder del destino)
    -En el mundo egipcio: libro de los muertos, pesado del corazón (y el poder de la narración ritual que se controla gracias a la palabra)
    -En el cristianismo católico y ortodoxo: bien y mal calibrando quien se lleva el alma (pequeño juicio) (el poder de los actos frente a la predestinación)
    -En el parsismo: el puente y la balanza son los elementos de la lucha de las fuerzas soberanas del Bien y el Mal por el alma de todo humano (modelo dualista)

Cabe preguntarse por los límites del método comparado a la hora de realizar un trabajo relevante y discutir pros y contras... y tener en cuenta la posibilidad de aplicarlo a un trabajo de TFM, por ejemplo.



Este material es una adaptación y puesta al día de análisis que se exponen en F. Díez de Velasco, "El estudio de la religión: autonomía, neutralidad, pluralidad" en F. Diez de Velasco y F. García Bazán (eds.), El estudio de la religión, Madrid, editorial Trotta (EIR1), 2002, pp. 390-393 y F. Díez de Velasco, Introducción a la historia de las religiones, Madrid, Trotta, 3ª ed., 2002, pp. 50-52.