Máster en Ciencias de las Religiones. Universidad
Complutense. Instituto de Ciencias de las Religiones
PARTE 2: LA ÓPTICA DE ANÁLISIS
MATERIALES DE ESTUDIO
1) La relativización
cultural y la apertura hacia la pluralidad y los ámbitos no occidentales
2) La renuncia
al religiocentrismo y la difícil búsqueda de un marco neutral
3) La óptica interdisciplinar
4) El método
comparativo en el estudio de las religiones
5) La configuración
de una disciplina totalizadora
6) El
ejemplo de Mircea Eliade
ACTIVIDAD OBLIGATORIA
(trabajo de la asignatura)
-actividad
2
ACTIVIDAD VOLUNTARIA
-actividad
IV
1) La relativización cultural y la apertura hacia la pluralidad y los ámbitos no occidentales
Aún a pesar de las indeterminaciones y del carácter
inacabado de disciplina que hemos adelantado en la sesión anterior,
existen algunos puntos comunes que conforman una óptica de análisis
suficientemente particularizada y una visión propia del objeto de
estudio.
Al comparar la aproximación teológica frente
a la histórico-religiosa ya se han evidenciado algunas de las características
específicas de la segunda como son el defender una visión
no normativa, no exclusiva, diversa y no esencialista. Ampliando el análisis
se pueden, en síntesis, establecer una serie de peculiaridades que
identifican el trabajo en la disciplina.
La historia de las religiones (ciencias de las religiones...)
ha desarrollado una óptica de análisis global (mundial)
que quizá no ha caracterizado en igual medida a algunas otras disciplinas
históricas y humanísticas. Ello es debido a que se ha dimensionando
de modo cada vez más sofisticado el papel de las religiones occidentales
frente a la enorme variedad y riqueza de las no occidentales. El abandono
progresivo por parte de las elites occidentales de la actitud de superioridad
cultural (que era un medio de establecer el armazón ideológico
justificativo de la tutela y del sometimiento de muchos pueblos no occidentales)
ha llevado a una comprensión más correcta de las culturas
diferentes y de sus tradiciones religiosas. El peso de las milenarias religiones
orientales, cuya literatura e iconografía se conoce mejor, se comprende
y respeta, ha desequilibrado el horizonte de investigación dirigiendo
el eje hacia territorios antes despreciados o dejados en manos de especialistas
marginados. Desde el punto de vista metodológico los avances más
notables en la disciplina se están produciendo en ámbitos
antes tenidos por poco interesantes como son las sociedades en fases de
contacto o en procesos avanzados de aculturación (que crean formas
religiosas mestizas de un asombroso dinamismo). Aunque el peso que se suele
otorgar al judaísmo o al cristianismo es todavía destacable
en los grandes manuales, no tiene comparación con el que se daba
hasta hace medio siglo, en que las religiones del libro solían ser
el grueso de la exposición (y su hilo conductor ideológico).
El respeto hacia las religiones no occidentales
ha llevado al desarrollo de una sensibilidad nueva que ha revertido incluso
en el mejor conocimiento de las propias religiones occidentales; al ser
analizadas desde un óptica no eurocéntrica desvelan rincones
ocultos, prácticas no canónicas y fenómenos religiosos
marginados pero muy reveladores. Por ejemplo la comprensión del
fenómeno dionisiaco en la religión de la Grecia antigua ha
avanzado gracias al conocimiento que se posee de las religiones extáticas
no europeas; la sacralización de la naturaleza presente en los ámbitos
tradicionales europeos se comprende mejor desde que, gracias al estudio
de las sociedades a pequeña escala, se ha llegado a entender la
importancia de los vínculos religiosos ideados por estas sociedades
para proteger el ecosistema generando un universo de prohibiciones, seres
imaginarios y espíritus vegetales; una mística de la naturaleza
que modera la acción antrópica (al desarrollar una sensibilidad
que potencia la conservación) y que subyace, por ejemplo, en los
cada vez más respetados cuentos populares europeos.
La historia de las religiones (ciencias de las religiones,
etc.), al haber asumido los avances de la antropología en mayor
medida quizá que otras disciplinas de análisis social, ha
incluido sólidamente la premisa de la relativización cultural
y de apertura hacia la pluralidad y la diferencia. Ninguna religión
ni grupo de creencias (ni siquiera los propios si se los tiene) han de
distorsionar los análisis. No hay una religión que prime
sobre las demás y haya de servir de modelo (aunque a nivel personal,
en el mundo de las creencias privadas, pueda ser así). Se trata
de conocer, comprender y conservar el patrimonio religioso de la humanidad,
limitando los prejuicios en aras de la mejor comprensión, limando
las fobias pero también los idealismos comunes; una actitud abierta
que se consolida desde la asunción de la diversidad de las religiones
humanas gracias a la relativización. En muchos casos se deberá
actuar en contra de opiniones comunes, asumiendo conscientemente un riesgo
mayor que el habitual en otros campos científicos. Un ejemplo lo
ofrece un tema de moda como es el budismo tibetano; frente a la posición
idealizadora común que hace del estado teocrático tibetano
anterior a la invasión china un paraíso de sabiduría
y armonía (el estado sacerdotal perfecto siempre bien gobernado
gracias a la infalibilidad del sistema de reencarnaciones de sus líderes
espirituales-temporales), muchos especialistas tibetólogos han matizado
un panorama del que no estaba exenta la explotación o las luchas
por el poder (que se manifestaban, por ejemplo a la hora de determinar
en quién reencarnaba el líder espiritual difunto), o los
castigos, a veces muy crueles a los que disentían del sistema teocrático-aristocrático.
Pero, por otra parte, comprender y plantear públicamente esta realidad
del Tibet tradicional requiere hacerse desde la posición consciente
de que existe una propaganda china anti-tibetana, ingrediente fundamental
en una política de destrucción cultural que lastra cualquier
intento de acercarse al problema y que puede distorsionar este tipo de
argumentos en su provecho.
Este ejemplo puede servir para ilustrar la importancia
de configurar una mirada diferente frente al objeto de estudio que ha de
sustentarse, para materializarse más allá de una mera declaración
de buenas intenciones, en la aceptación de las ópticas de
análisis y las sensibilidades de los historiadores de las religiones
de diversos orígenes (europeos y no europeos) de tal modo que, por
medio del conocimiento, se intenten mitigar y superar los inevitables condicionantes
culturales de cada estudioso.
Pero además es necesario insistir que se trata
de una mirada enfocada desde la pluralidad: GRAN RETO:
LA DIVERSIDAD, LA DIFERENCIA
Max Müller: «quien conoce solo una religión, no conoce ninguna»)
Que en nuestro mundo globalizado ya no es algo ajeno, experimentamos la diversidad religiosa desde el momento que pensamos en la diversidad de las sociedades humanas. Vivimos en la diversidad religiosa desde el momento que estamos rodeados, cada vez más, en nuestras sociedades plurales, de gente que tiene otras religiones... y que hace piedra y patrimonio con sus creencias, ls enraíza y las convierte en MUY VISIBLES...
Una experiencia que con algunas imágenes se ve mejor que con palabras....
Benalmádena (Málaga) Estupa de la iluminación
(Diamondway) de 33 metros de altura
Madrid. Iglesia de Scientology
Madrid mezquita de la M-30
Sakya Drogön Ling (Denia, Alicante) gompa
Madrid, templo mormon
Sinagoga principal de Madrid
Madrid, Iglesia ortodoxa griega
Satnam Sakhi Mandir, Las Palmas de Gran Canaria
Valladolid, Barrio Pajarillos, Iglesia Filadelfia
Fuerteventura Misión Cristiana Moderna
Altea (Alicante): Iglesia ortodoxa rusa
Testigos de Jehova, Tenerife
Más información en: "Minorías religiosas en España: apuntes de visibilización patrimonial" en E. Suárez de la Torre (ed.), Lex Sacra. Religión y derecho a lo largo de la Historia, Bandue.Revista de la Sociedad Española de Ciencias de las Religiones IV, 2010, 111-163
Concepto clave a la hora de aproximarse a la diversidad religiosa y
poder comparar y analizar sin privilegiar a unos y hacer de menos a otros....:
RELIGIOCENTRISMO
2) La renuncia al religiocentrismo y la difícil búsqueda de un marco neutral
a) El religiocentrismo
Sin duda el principal escollo al que se enfrenta cualquier
estudio de carácter científico sobre la religión es
el del religiocentrismo: una forma de etnocentrismo que determina
una percepción sesgada o distorsionada que se produce como resultado
del peso de las creencias, los modos de pensamiento y en general la ideología
religiosa (o no religiosa o antirreligiosa) del que realiza el estudio.
PERCEPCIÓN de una | [RELIGIÓN
[SOCIEDAD [CULTURA |
DIFERENTE(S)
DE UN MODO |
[MEDIATIZADO
[DISTORSIONADO [SESGADO |
por las propias | [CREENCIAS
[IDEAS, COSMOVISIONES [FORMAS DE PENSAMIENTO [VALORES |
ETNOCENTRISMO: filtro de la realidad en clave de la cultura propia
RELIGIOCENTRISMO: filtro de la realidad en clave
de la religión propia (o falta de la misma)
HAY QUE TOMAR CONCIENCIA DE QUE SE TRATA DE:
UNA PERCEPCIÓN DISTORSIONADA (matizar: siempre lo es, resulta inevitable en algún grado la distorsión)
PERO EL PROBLEMA RADICA EN QUE CUANDO REBASA EL
LÍMITE ACEPTABLE (concepto que cambia...) PUEDE CONVERTIRSE EN UN
INSTRUMENTO DE CONFLICTO
PENSAMIENTO BINARIO | >>Identidad-----alteridad
>>Certeza-------relativismo |
En muchas ocasiones el religiocentrismo no es percibido por el investigador de un modo plenamente consciente y configura un filtro de la realidad en clave de las propias creencias religiosas que puede desvirtuar en gran parte lo que se está estudiando. Si bien algún grado de religiocentrismo es inevitable y la construcción de un marco perfectamente neutral de estudio de las religiones una entelequia, hay que tomar conciencia de que a partir de un punto la distorsión religiocéntrica puede llevar a una completa incomprensión de lo que se desea estudiar. La mera reflexión que tenga presente la posibilidad de existencia de tal percepción distorsiva es un paso clave para comenzar a mitigar sus efectos, y también para desenmascarar su manifestación a nivel social (las actitudes religiocéntricas son muy comunes, en particular en lo que se refiere a la percepción social de la diversidad religiosa).
ACTITUD FRENTE AL RELIGIOCENTRISMO (en todos los niveles, pero, en particular ,en lo relativo a educadores y colectivos involucrados en la educación: seguir las directrices de la UNESCO en lo relativo a la educación en el respeto a la DIFERENCIA)
>TOMA DE CONCIENCIA
Maduración en los valores globales frente
a la limitación de la enculturación
(contraejemplo: actitud de los que fueron educados
en el nacionalcatolicismo)
>RESPETO
Frente a la diversidad optar por una posición
respetuosa, para poder desarrollar una actitud de apertura hacia el diferente
>APERTURA
Disposición de abrirse a lo diferente,
estudiarlo, comprenderlo, no rechazarlo a priori, romper preconceptos
>ECUANIMIDAD
Intentar evitar que la percepción de lo
diferente desemboque en el conflicto
PERO:
< NO ES UNA RENUNCIA a los propios valores
sino hacerlos NO AGRESIVOS, capaces de enfrentarse en nuestro mundo global,
por medio de un pensamiento global, a la diversidad superando el pensamiento
binario (a pesar de la presión mediática y la comodidad de
pensar así)
< ES BUSCAR UN MARCO NEUTRAL E IGUALITARIO
de comprensión de las diferentes religiones y sus fieles (no quiere
decir que todas sean iguales, ni que haya que renunciar a la propia o a
la falta de la misma: ejemplo: ser ateo no quiere decir que haya que negarse
a conocer y comprender las religiones y su papel cultural en nuestra sociedad
y su papel identitario para los que creen)
< ES UNA APUESTA DE CONOCIMIENTO
Ser capaces de entender la humanidad como una
identidad y las culturas (y religiones) como aspectos de la diversidad
de una cultura humana global con la que se identifica uno.... para poder
vivir un mundo construido desde la pluralidad de creencias... desde la
multirreligiosidad.
Puede analizar las ideas que sobre el religiocentrismo
se plantean en el artículo siguiente (http://www.pucsp.br/rever/rv4_2005/t_velasco.htm)
a la hora de plantear sus propias reflexiones sobre los problemas del religiocentrismo
de cara a encarar una investigación sobre el tema.
b) La difícil neutralidad
Resulta necesaria la liberación de los lastres
muchas veces ocultos de enfoques confesionales o militantes, que tomen
como pretexto la disciplina para justificar una visión religiosa
particular. La neutralidad como horizonte, es pues una necesidad,
otra seña de identidad más frente a las aproximaciones confesionales
o teológicas, para las que la óptica neutral es innecesaria
o impensable.
Pero la neutralidad no es una opción sencilla,
ni tampoco dotada de un valor absoluto. En tanto que vástagos de
la postmodernidad, obligados a asumir sus premisas (pero también
a superarlas), no podemos olvidar que los pensamientos fuertes (como el
de la posibilidad de una ciencia incontaminada de circunstancia, de un
científico impermeable a lo que piensa y cree cuando desarrolla
su investigación) han quebrado, víctimas de las aristas de
los grandes discursos que creían (y querían) construir. Los
absolutos no son viables, la neutralidad absoluta es un engaño,
como todo pensamiento binario (el tipo más fuerte de pensamiento,
el que ordena en dos conjuntos, valorado el propio, el que identifica y
anulado el otro, el diferente). Pero comprender lo relativo, ser conscientes
de la incertidumbre, de los propios riesgos de la certeza (o el orgullo
de creer poseer un método intemporal, definitivo, que haga de los
productos que generamos obras más allá del tiempo), no es
equivalente a caer en un completo relativismo que supone un idéntico
valor a cualquier método, o incluso a la ausencia del mismo; o mejor
a la apuesta por la necesaria renuncia al mismo, en aras de un sentir lo
que se estudia (de un vivenciar en una construcción personal y casi
intransmitible, o convertida en pequeño relato literario y autobiográfico
que serviría más para explicarnos que para explicar lo que
parecería que debieramos estudiar). Pero justamente de este modo
estaríamos renunciando a cualquier neutralidad al convertir lo personal,
lo que se cree (en nuestro caso, que se centra en el estudio de las religiones)
en un factor clave en lo que se estudia y como se estudia.
Asumir la quiebra en este punto de las aproximaciones
postmodernas es abrir la puerta a la posibilidad de que el método
sea clave y a la licitud del empeño en construir un marco neutral
de estudio de las religiones, aún asumiendo el carácter consensual
de dicho marco. Al no ser un absoluto, la neutralidad será necesariamente
una mezcla de lo que el que estudia estima correcto y de lo que la comunidad
científica en la que se inserta estima aceptable, un producto
contextual
sometido
a los estragos del tiempo y de los cambios personales y disciplinares y
que se sostiene en una serie de factores.
El factor lingüístico ya se ha repasado:
en el análisis de la religión se utiliza un rodillo de conceptos,
de palabras que no son neutras (pensemos en secta o incluso en el propio
término religión). No ha habido un diseño de un lenguaje
propio y resulta muy complejo construirlo, pero un primer paso en la búsqueda
de la neutralidad es comprender que los términos que usamos tienen
esa carga y que son susceptibles de ser cambiados si hay un suficiente
consenso para hacerlo.
Otro factor es el biológico y tiene varios
modos de manifestarse. Se puede biologizar lo religioso al plantear la
hipótesis del homo religiosus, que haría de la religión
no un universal cultural (un rasgo cultural que aparece en las sociedades
humanas) sino uno biológico. El hombre (como especie) sería
religioso desde el momento que se pudiese definir como humano: a la par
que se constituía la cognición humana por medio del dominio
de lo simbólico (en lo que se incluye lo lingüístico),
se establecía lo religioso. El ser humano biológicamente
religioso convertiría al ateísmo en una especie de absceso,
una anormalidad, una enfermedad del pensamiento. Esta visión, muy
difundida, aunque probablemente muchos de sus usuarios no sean conscientes
de algunas de sus implicaciones, además de discurrir sobre lo incomprobable
(el momento fundacional de la especie humana, en una perspectiva que se
aviene más a los presupuestos creacionistas), renuncia a la posibilidad
de la diversidad de lo humano.
PREGUNTA: ¿Era Moshe un homo religiosus?
Kebara (cueva en el Monte Carmelo, Israel) c. 60.000 a.e. esqueleto
descabezado (hay un diente de la mandíbula superior),
llamado Moshe (varón 25-35 años, 1,70 de estatura, neanderthal,
hallado en 1983,
hueso hioides ¿hablaba?) ¿Se trata de la testificación
de un ritual funerario en fases?
Y ¿lo eran los anteriores (h. -400.000) pobladores (eran de
la especie homo heidelbergensis de la Sima de los Huesos de Atapuerca?,
así lo piensan sus excavadores al estimar que fue un ritual
el hacha de piedra sin uso previo que lanzaron a la sima junto a los
cadáveres
Otra biologización proviene de los diferentes reduccionismos
que intentan sintetizar lo religioso en uno o unos pocos factores. Muy
biológico es el reduccionismo que quiere hacer de la religión
solamente fisiología o química en el cerebro humano:
la experiencia religiosa provendría de sustancias generadas por
el cerebro o incluso radicaría en ciertos lugares del cerebro que
se podrían estimular. La ecología de las religiones planteada
desde presupuestos rígidos, podría generar también
un marco no neutral que anulase el papel del ser humano como creador de
religión frente a su papel de mero adaptador de sus creencias a
las constricciones medioambientales.
En cierto modo igual de caricaturescos (y bien poco neutrales)
resultan los reduccionismos que plantean el carácter desviado
o distorsivo de la realidad del sentimiento religioso como ocurre en algunos
modelos marxistas y freudianos. Se trata de apriorismos que nublan cualquier
intento de acercarse a la diversidad de lo religioso. Los reduccionismos
en tanto que simplificaciones, son ejemplos de la renuncia ante la dificultad
de entender y enfrentar la diversidad que subyace en el complejo mundo
de las religiones, son caminos para ordenar, que en última instancia
tienen mucho que ver con las limitaciones de la cognición humana.
El pensamiento binario es quizá una de las manifestaciones más
evidentes de estas limitaciones. Resulta tan cómodo pensar en el
lenguaje del ellos frente al nosotros, que algunos (y no solo los estructuralistas)
han llegado a estimar el binarismo característica biológica
de los modos de pensamiento humanos: identidad frente a alteridad, lo crudo
frente a lo cocido, lo sagrado frente a lo profano. Palabras cruzadas que
pueden llegar a envenenar la comprensión de lo que se quiere estudiar
erigiéndose en formas apriorísticas de análisis, en
modos sutilmente no neutrales de enfrentar lo que se estudia.
Otro factor destacable es el sociocéntrico
que presenta muchos aspectos. Cualquier estudio es esclavo de las fuentes
con las que cuenta, construidas, salvo excepciones, desde la masculinidad
y la elite. A su vez nuestras explicaciones están marcadas por
modelos de entender el mundo de fuerte arraigo en nuestro mundo occidental
globalizado, centrados en la plutolatría, en el hedonismo, en la
quiebra de las instituciones o la sospecha respecto de las mismas. Resulta
por tanto difícil no fijar los ojos en interpretaciones que privilegien
las claves económicas de la religión, o que malinterpreten
(estimando como aberrantes) los comportamientos no hedonistas (tan comunes
en muy diversas religiones) o que calibren con dificultad el papel de liderazgo
de las autoridades religiosas en muy diferentes sociedades.
Tras esta reflexión, en cierto modo deconstructiva,
sobre los factores de la neutralidad, se necesita dar el paso hacia una
construcción de un modo más neutral de estudiar las religiones,
que no puede configurarse más que en grados, de un modo dinámico,
en cierta manera como una tentativa en la que el papel de lo personal es
básica, pero que tampoco naufrague en el relativismo. El método
resulta fundamental y en la disciplina se sustenta sobre tres grandes pilares:
la interdisciplinaridad, el comparativismo no reduccionista y una mirada
desde fuera, pero que no renuncia a la visión general, a la perspectiva
holística, al estudio de la totalidad (aunque puede resultar y resulte
una ambición excesiva).
El análisis histórico-religioso (o científico-religioso) utiliza todo tipo de instrumentos en los que se han especializado diversas disciplinas con la finalidad de comprender mejor el hecho religioso; una característica fundamental de la disciplina es su vocación auténtica y necesariamente interdisciplinar que se plasma en el uso de los siguientes enfoques principales, teniendo en cuenta que los límites disciplinares son necesariamente consensuales y tienden a desvanecerse en el trabajo de campo y en el trabajo analítico:
a) análisis histórico-filológico o método crítico: quizá sea el primordial ya que la información religiosa se materializa mayoritariamente en soportes documentales escritos sobre los que es necesario realizar un análisis estricto que tenga en cuenta el contexto histórico de producción y de utilización y las características internas del documento (la combinación de texto y contexto). El método histórico-filológico, depurado por centurias de investigaciones es clave en el análisis de textos de carácter religioso, que se entienden como obras de seres humanos (sometidas a transformación) y no como revelaciones divinas intemporales y de valor eterno. Por otra parte el análisis iconográfico y arqueológico presenta la particularidad de su enorme desarrollo en las últimas décadas. La "Religión Visible" frente a la legible presenta el interés de introducir al estudioso en campos muchas veces poco documentados, pero fundamentales para entender la religión practicada (las conductas religiosas) y no solamente la pensada (la religión mental). Otro tanto se puede decir de la "Religión Audible", la religión que se expresa por medio de la música, que presenta la fascinación de la inmediatez y la experiencia de lo difícilmente reductible a las meras expresiones de lo racional, pero que es perfectamente susceptible de un análisis crítico como el que planteamos.
b) análisis antropológico (enfoque en la investigación cualitativa): la antropología, disciplina que posee una vocación holística en el estudio de la cultura humana y particularmente las subespecializaciones denominadas antropología de la religión (la que posee un nombre más claro), antropología religiosa (aunque el nombre plantee problemas, como ya se ha visto) y antropología simbólica (y cognitiva) ofrecen un número creciente de instrumentos de análisis al especialista en el estudio de las religiones (como la insistencia en el estudio de los sistemas simbólicos o la discusión sobre religión y cognición). La etnografía aporta una de las fuentes notables de desarrollo de los estudios histórico-religiosos y la renovación metodológica que se ha producido entre los antropólogos desde los años cuarenta (el relativismo cultural o la crítica del etnocentrismo, por ejemplo, las denominadas crisis -del objeto, la representación, etc.-) ha permeado notablemente los modos de trabajo de quienes se dedican a la disciplina. Incluso las críticas que expresan muchos antropólogos respecto del valor autónomo de la religión está sirviendo de acicate en la consolidación de las bases teóricas y conceptuales de la historia de las religiones (ciencias de las religiones...). La antropología no solamente resulta un reto respecto de la disciplina de estudio de las religiones, sino que tienden ambas disciplinas a una convergencia significativa. Si el objeto de la antropología pasa a ser la totalidad de las sociedades humanas (en el presente y el pasado), lo que resultaría desde el punto de vista epistemológico la opción más lógica (aunque plantee serios problemas desde el punto de vista de los profesionales de la disciplina y las otras disciplinas humanísticas); es decir si la antropología tuviese el valor de postularse como una completa ciencia de análisis de las culturas humanas (no muy diferente, por tanto, de una historia total), la antropología de la religión no sería diferente de la historia de las religiones (o el nombre que quiera darse a la disciplina) tal como se está definiendo en estas líneas. Para ello la antropología tendría que atreverse a salir del campo tradicional de la etnografía y del menos tradicional del estudio de los fenómenos de cambio en las sociedades actuales para encarar en mayor medida el estudio de sociedades históricas (campo generalmente acotado de historiadores o sociólogos). La antropología religiosa tendría que encarar el estudio de religiones de larga historia y complejidad doctrinal y de fuentes como las religiones de la India, los diferentes cristianismos, los budismos, el judaísmo etc., encarando las sofisticadas exigencias del análisis textual y documental.
c) análisis sociológico (enfoque en la investigación cuantitativa): la información religiosa es información de índole social susceptible de ser procesada con los instrumentos de análisis diseñados por la sociología y en particular por la subespecialización de la misma que se denomina sociología de la religión. Las técnicas estadísticas son el instrumento más útil a la hora de determinar el impacto de las diversas religiones tanto a nivel local como global, permiten cuantificar las características sociales del culto y acercarse a la religión conductual. Temas estrella en el análisis sociológico son, por ejemplo, la laicización de las sociedades modernas, la penetración de las nuevas religiones o los estudios de minorías religiosas. Pero la sociología de la religión no limita su cometido exclusivamente a la religión contemporánea sino que ofrece al especialista en el estudio de las religiones los instrumentos para refinar análisis; la importancia que otorga a la estratificación social y la diversidad ideológica originada en ésta permite enfrentar el estudio de formas religiosas específicas según el grupo social al que pertenezca el cultor, enriqueciendo un panorama que podría tender a figurarse como mucho más monolítico. Desde el filtro del estudio de la estratificación social entendida como generadora de opciones religiosas diferenciales se puede llegar a comprender la diversidad de matices de la religión real: así religiones que parecen compactas presentan grandes diferencias entre las creencias de la elite y de los grupos populares, por ejemplo. Estatus y religión, autoridad y religión son temas conectados con el anterior y que permiten profundizar en el análisis del papel del creyente en el entramado social. La sociología permite ahondar en la determinación de la importancia de la elite religiosa en los mecanismos de control social en sociedades muy estratificadas, cuantificando (cuando es posible) la vinculación de los miembros de la elite religiosa y los de la elite gobernante. La sociología también defiende enfoques particulares en lo que se refiere a temas como el conflicto social y el religioso, los mecanismos de opresión (religiosa) y los modos de gestionar, por medio de la religión, los enfrentamientos en el seno de los sistemas sociales. Para el estudio de sistemas de creencias diferenciales y en mutación o del cambio religioso y cambio social, la sociología ofrece un elenco de instrumentos conceptuales que permiten delimitar y analizar la dinámica social.
d) análisis psicológico (enfoque en el individuo): fundamental, para la comprensión de las experiencias cumbre y de conciencia alterada, resulta importante también para entender muchos fenómenos religiosos que se iluminan gracias a la utilización de los instrumentos de comprensión del comportamiento humano que ha forjado la psicología. La psicología religiosa se ha convertido en una subespecialización consolidada de esta ciencia y abre vías para la comprensión no solo de los componentes de lo personal en la religión sino también otros ámbitos (por ejemplo los problemas que se generan entre socialización e individuación). El choque entre creencias personales y sociales, entre los sistemas de valores enculturados en el ámbito familiar-religioso y los que rigen en la vida común generan una interacción que puede llevar en ciertas ocasiones a actitudes de tipo violento; este es el caso de las actitudes integristas o fundamentalistas extremistas, por ejemplo, que se muestran como una opción en la que la balanza se decanta por los valores religiosos y que puede llevar a comportamientos de agresión para imponer a los demás las propias ideas estimadas como valores eternos de mayor poder que cualquiera de los defendidos de modo general por la sociedad. En otros casos la experiencia religiosa determina una modificación en la estructura de las creencias que lleva a cambios drásticos en la personalidad que pueden desembocar en una inadaptación a la vida social común: parece que existe entre los místicos de muchas religiones este tipo de actitudes que suelen determinar el apartamiento de la sociedad o el confinamiento en lugares en los que la mayoría de los moradores compartan experiencias parecidas. El sometimiento vejatorio a un líder espiritual, la puesta en manos de éste de parcelas importantes de las tomas de decisión personales, la megalomanía religiosa de carácter destrutivo, resultan interesantes por producirse de modo privilegiado en los ámbitos religiosos. Perturbación psicológica, depresión y receptividad a las experiencias religiosas son temas interesantes para entender el arraigo de la religión en grupos característicos de la sociedad. El consuelo psicológico que procura la religión (la delegación de la responsabilidad última en un código de conducta dictado por la religión; el amparo que procura la aceptación de una jerarquía que determine la moral y posea los medios para la expiación de las faltas -como ocurre en el catolicismo-; el poder reconfortante de la tradición, entre otros) es un factor muy importante para entender que en la sociedad desacralizada contemporánea sigan arraigadas religiones que surgieron en épocas y circunstancias bien diversas. La psicología ofrece, por tanto, buenos mecanismos para ahondar y afinar en las explicaciones holísticas que necesita forjar el historiador de las religiones.
e) análisis filosófico (enfoque en el Sentido): es fundamental a pesar de que resulta controvertida incluso la denominación de la subespecialización filosófica dedicada al análisis religioso. Bajo el título filosofía de la religión, suelen englobarse investigadores con una posición metodológica idealista, que aceptan que la religión posee una entidad que extrae su verdadera razón de ser más allá de las contingencias históricas. Por otra parte la filosofía de las religiones, que sería una ciencia holística que trataría las religiones en sus manifestaciones históricas como producciones de índole filosófica no se diferenciaría de la historia de las religiones (con el diseño interdisciplinar con el que se la suele entender) y no ha alcanzado un consenso general de utilización. De todos modos, a pesar de las dudas metodológicas expresadas, la religión ha tendido a resultar dedicación esporádica de buenos pensadores englobados en el campo de la filosofía, aunque puntualmente la posición filosófica de buscar respuestas a interrogantes últimos, pueda haber excedido, según la opinión del que ésto escribe, las capacidades explicativas de nuestra disciplina.
f) análisis jurídico: que cobra un peso cada vez mayor como consecuencia de la construcción de marcos mundiales de protección de derechos religiosos.
g) análisis de geografía de las religiones: uso de técnicas de mapeo cada vez más precisas..ejemplo muy sencillo (pero eficaz) http://www.observatorioreligion.es/
h) otros
El análisis histórico-religioso utiliza
todo tipo de instrumentos forjados por diversas disciplinas (que no hemos
enumerado exhaustivamente, así han quedado sin tratar específicamente
la ecología de las religiones, la economía, etc.); la finalidad
es comprender mejor el hecho religioso (en la acepción de lo que
se entiende entre los historiadores por "historia total") en toda su diversidad
y complejidad. A hacer Historia de las Religiones (ciencias de las religiones...)
se puede (y debe) llegar desde muy diversos campos del saber y cualquier
enfoque disciplinar puede resultar válido siempre que se respete
el cinto metodológico (científico) que se construye desde
la desvinculación de visiones religiocéntricas y no neutrales.
Estos puntos de vista se repasarán en la última sesión.
4) El método comparativo (la comparación) en el estudio de las religiones
El método comparativo permite relativizar las informaciones de índole religiosa de una sociedad y por tanto analizarlas de un modo más correcto y profundo; a la par permite relacionar diferentes religiones por medio del análisis de sus características comunes. Al comparar es tan importante determinar las semejanzas cuanto las diferencias e intentar producir instrumentos analíticos para intentar explicarlas.
Pero el método comparativo ha de utilizarse de
un modo no reduccionista (quizá la posición reduccionista
es la que ha generado el mayor número de detractores frente a esta
herramienta de pensar la religión). Hay que comparar pero teniendo
en cuenta el cambio y no generar modelos ideales o atemporales (un islam,
un catolicismo o un taoísmo, por ejemplo, de los que se ofrecen
las grandes líneas, como si la historia no hubiese marcado las permanentes
mutaciones que impiden reducir las religiones a líneas maestras
más allá de tiempo y espacio, aunque pudiera ser una tentación
muy fuerte, por ejemplo a la hora de hacer fenomenología). Las sociedades
se transforman de igual modo que las religiones y la dinámica es
ingrediente clave, en mayor medida en el caso de religiones con gran perdurabilidad.
Sin duda comparar es simplificar en algún grado,
reducir, pero no se puede caer en la caricatura o forzar las comparaciones.
En cierto modo el juicio posterior es el que determina la validez o no
de análisis comparativos específicos, así el estudio
de los ritos de paso de Arnold van Gennep todavía tiene vigencia
como modelo explicativo a pesar de resultar casi centenario mientras que
las comparaciones que desarrolló James Frazer no han alcanzado esa
perdurabilidad. Comparar es una labor de análisis intercultural
que ha de ser consciente de la diversidad de las culturas humanas, aunque
la igualdad de respuesta es una probabilidad alta, no es un absoluto y
los seres humanos han ideado una riqueza extraordinaria de respuestas que
configuran la gran diversidad, por ejemplo, de las religiones y de los
desarrollos específicos dentro de cada religión según
ámbitos geográficos, sociológicos o personales. Comparar
es también estar abiertos a la posibilidad del error que puede provenir
de los límites de los instrumentos de análisis que se emplean:
que los fenómenos místicos entre diversas culturas puedan
parecerse no excluye que, al resultar refractarios a la verbalización
(el ámbito en el que se manifiesta de modo más eficaz el
modo de pensar científico), compararlos pueda ser errar completamente.
La comparación entre formas religiosas desarrolladas
por sociedades diferentes no es solo una posibilidad teórica, sino
que es una de las piezas claves en el método histórico-religioso,
que, tras haber sido depurado de los excesos en su aplicación en
el siglo XIX y comienzos del XX, se muestra como uno de los fundamentos
básicos del carácter autónomo de la disciplina, al
ser el medio gracias al cual se superan las delimitaciones interculturales
y se desarrollan análisis sensibles a los procesos de cambio en
incesante construcción. Las religiones no forman por tanto un mosaico
independiente, sino que muestran una dinámica de interacción
(por medio del contacto, de la opción por modelos de desarrollo
más competitivos y por la propia identidad de los seres humanos
que las crean), que al hacer estallar el estrecho (desde este nuevo punto
de vista) marco de estudio de cada cultura y consolidar puentes teóricos
con otras (vecinas o no) permiten sustentar la identidad de una disciplina
que intenta su estudio como un conjunto específico.
EJEMPLO: los límites de la comparación:: pesado del alma, psicostasia, kerostasia, etc...
Kerostasias: plato Louvre G 399 (h. 450);dinos f.n. Viena Kunsth. Mus.
IV 3619 (hacia 540)ánfora Louvre CA 2243 (h. 470);Lécito
de f.n. British Museum B639 (c. 500-480) p. de Safo; Roma, Villa Giulia
57912 (c. 520-510) de Epicteto
Libro de los muertos, p. Hani, hacia 1250 Britsh Museum 10470, pesado
del corazón
Libro de los muertos, p. Hunefer, hacia 1310 Britsh Museum 9901, pesado
del corazón
Altar de San Miguel, Suriguerola, s. XIII, S. Miguel y el diablo pesan
los destinos
Visión parsi: pasando el puente Chinvat (de la separación)
y pesando las almas, manuscrito parsi (BN, París)
El alma cruza el puente estrecho, mientras se pesan sus almas, fresco
de la iglesia de Santa María, Loretto Aprutino, s.XIII
Parecen escenas muy semejantes desde el punto de vista de la iconografía,
pero su significación es muy diferente:
-narración de Aquiles y Sarpedón que
marca el destino del guerrero (el poder del destino)
-libro de los muertos, pesado del corazón
(y el poder de la narración ritual)
-bien y mal calibrando quien se lleva el alma (pequeño
juicio) (el poder de los actos)
-el puente y la balanza
5) La configuración de una disciplina totalizadora
La ambición del especialista en el estudio de las religiones, que ciñe su análisis a un campo muy determinado (los hechos religiosos) es aprehenderlo y comprenderlo del modo más adecuado tanto en el presente como en el pasado. Esta configuración generalista y totalizadora de la disciplina (que subvierte, como ya vimos, la tendencia a la hiperespecialización común en la mayoría de las disciplinas científicas y humanísticas) ha provocado críticas por parte de los especialistas (por etapas históricas o culturas) sobre la falta de profundidad e indeterminación metodológica de la disciplina, como ya planteamos. Pero, en general los historiadores de las religiones son sensibles a lo excesivo de los límites del campo de trabajo (las religiones históricas, las manifestaciones religiosas) y a la incapacidad personal, dada la complejidad y profundidad de cada campo específico de saber (culturas y etapas históricas) para abarcar la totalidad (e incluso grandes conjuntos) de la disciplina, lo que se mitiga con una doble vertiente de trabajo:
.o bien la utilización, en la confección de síntesis generales, de trabajos de investigación realizados por especialistas por etapas o culturas, que si bien conlleva una aproximación en muchos casos mediada del objeto de estudio por otra parte posee el interés de alcanzar un impacto social mucho mayor (con lo que ello comporta de prestigio de la disciplina, como ejemplifican los trabajos de Mircea Eliade).
.o bien la especialización en una etapa o cultura determinada, lo que lleva a una aproximación directa respecto del objeto a estudio. Se utilizan documentos de primera mano, sobre los que se realiza una crítica de fuentes del mismo modo que la haría un historiador o un filólogo que se interesase por ese mismo fenómeno religioso. La particularidad del análisis histórico-religioso radica en que la óptica interdisciplinar puede llegar a modificar cualitativamente el resultado final y la comparación simpre ofrece recursos para desenclavar cualquier análisis de la tentación de ver la cultura a estudio como impermeable y única.
En algunos casos la crítica expresada ha sido aún más radical, como ya hemos visto, y ha apuntado a la propia conformación del objeto de estudio, al estimarse que la dedicación con exclusividad a un fenómeno ideológico único (lo religioso) conllevaría una visión reduccionista y sesgada y a la construcción de una ciencia de modo artificial. Se puede argumentar que la disciplina:
. tiene un objeto de estudio propio que es el fenómeno religioso (la religión) analizado desde una óptica propia (en sus manifestaciones históricas y los análisis de índole general que de éstas se pueden extraer) de un modo no religiocéntrico y neutral. Se trata de una mirada desde fuera que minimiza los signos identificadores (de carácter religiocéntrico o etnocéntrico) y los apriorismos.
. posee una metodología específica (la interdisciplinaridad y el método comparativo) que determina que los trabajos de un especialista en el estudio de las religiones presenten unas características propias, diferenciadoras frente a los trabajos de un historiador especialista por etapas o un filólogo especializado en una cultura particular.
El historiador de las religiones (o la denominación
que quiera dársele), por tanto, aunque suele poseer una especialidad
en la que domina de modo adecuado los métodos e instrumentos de
investigación (según los estándares comunes) suele
estar capacitado (por medio de un conocimiento general de la totalidad
de las religiones históricas, y del método y presupuestos
de la disciplina) para ofrecer análisis más globalizadores.
Al no renunciar a una visión general, a extraer consecuencias interculturales
de lo que estudia en un ámbito específico, a confeccionar
síntesis, el historiador de las religiones (o el especialista
en el estudio de las religiones) está en una posición
inmejorable para pensar el mundo (tanto en el pasado como en el presente)
y en particular ese universo refractario pero fascinante que resulta ser
lo que se cree.
.
6) El ejemplo (o contra-ejemplo) de Mircea Eliade
Se tomará a Mircea Eliade como pretexto para analizar su aproximación muy particular e influyente a los modos de hacer historia de las religiones.
a) ¿Cómo se identificaba?
Eliade durante su estancia en el ashram de Rishikesh en 1930 como practicante
del yoga
Eliade con Shivananda |
Eliade en padmasana |
Eliade junto a Jung en el encuentro Eranos de 1952
Eliade en 1978
Ultima foto de Eliade
Se identificaba como historiador de las religiones; pero hay que tener
cuidado con las palabras:
¿qué entiende por historia de las religiones?
¿le satisfacía plenamente el término?
1) La Búsqueda, Barcelona, Kairós 1998 (trad. de
Alfonso Colodrón) (otra, Buenos Aires, 1971) cap. I, nota 1 "Como
religionswissenschaft no puede traducirse fácilmente nos vemos obligados
a decir "historia de las religiones" en el sentido más amplio de
la palabra, incluyendo no sólo la historia propiamente dicha sino
también el estudio comparado de las religiones, la morfología
y fenomenología religiosas"
es el artículo de presentación de History of Religions
(1,
1961, 1-8) la revista que fundó en Chicago (el nombre es programático)
y que titulo "History of Religions and a New Humanism"
2) La Búsqueda cap. IV (corresponde a History of Religions
5, 1965, 1-17: "Crisis and Renewal in History of Religion): La historia
de las religiones o la religión comparada.... nota 1 "Estos términos
son penosamente vagos (fâcheusement), pero como pertenecen a una
corriente del lenguaje, sic! (ils appartiennent au langage courant)
nos resignaremos a emplearlos. Generalmente se entiende "la historia de
las religiones" o "religiones comparadas" como el estudio integral de las
realidades religiosas, es decir la forma y contenido de las manifestaciones
históricas de una determinada religión (tribal, étnica
o supranacional) así como de las estructuras específicas
de la vida religiosa (formas sagradas, concepciones del alma, mitos, rituales,
etc.; instituciones, etc; tipología de la experiencia religiosa,
etc.)
en la ed. francesa (que tradujo el propio Eliade en este caso) están
en cursiva las palabras clave: étude intégrale des réalités
religieuses / manifestations historiques / structures spécifiques.
Amador Vega y Victoria Cirlot en El vuelo mágico, Madrid,
Siruela, 1995, que traducen del alemán ("Krisis und Erneuerung der
Religionswissenschaft" Antaios 9, 1968, 1-20, revista que fundó
en 1961 con Ernst Jünger -el año de las revistas-) donde dice
Comparative Religion en la ed. en inglés o en francés dice
Religionswissenschaft.
3) Tratado de historia de las religiones (Madrid, Cristiandad, 1981-2001), Traité d'Histoire des religions (París, 1949) título impuesto por Gustave Payot, Eliade empieza a escribirlo en Oxford en 1941 y lo avanzó en Portugal (Diario Portugués, Barcelona, Kairós, 2001 y quería titularlo Prolegomènes à une histoire comparée des religions (en Memoires II, les moissons du solstice) vid. M. Eliade / R. Pettazzoni, L'histoire des religions a-t-elle un sens?. Correspondance 1926-1959, París, Cerf, 1994. Las traducciones italiana y española son fieles al título francés (Trattato di storia delle religioni (Turín 1954); Tratado de historia de las religiones (Madrid 1974)), las ediciones alemana y americana cambian algo (Die Religionen und das Heilige. Elemente der Religionsgeschichte (Salzburgo 1954), Patterns in Comparative Religion.(Nueva York, 1958)
4) No es sistemático porque no es un teórico ni un metodólogo.
En ER (Encyclopedia of Religion (M. Eliade, editor in chief),
16 vols. Nueva York, Macmillan, 1987) no redactará ningún
capítulo ni de teoría ni de metodología (se encargará
de Alchemy, Androgynes, Center of the World, Deus Otiosus, Earth, Hierophany,
Initiation, Metals and Metallurgy, Orientation, Sexuality, Shamanism, Yoga).
M. Eliade y J.M Kitagawa (eds.), Metodología de la historia
de las religiones, Barcelona, Paidós, 1986 (Chicago, 1965: The
History of Religions: Essays in Methodology) es muy poco sistemático
en su concepción (de hecho no hay un prefacio ni una introducción
que explique de modo suficiente la finalidad del libro, y Eliade redactará
un trabajo puntual ("Observaciones metodológicas sobre el estudio
del simbolismo religioso"), el trabajo más claro es el de Kitagawa
("La historia de las religiones en los EE.UU.").
Su obra más metodológica es La Búsqueda, titulada
The
Quest: Meaning and History in Religion, Chicago UP, 1969 pero en francés
La
nostalgie des origines. Méthodologie et histoire des religions,
París, Gallimard, 1971 (no quieren decir lo mismo ambos títulos).
Son estrictamente metodológicos el cap II, el IV (antes repasados)
y el II (La historia de las religiones en retrospectiva: 1912 y después:
aportación clave de cómo ve la historia de la disciplina).
Los demás hubiesen cabido en cualquier otro libro de Eliade sobre
simbolismo, mito, iniciación...
b) Ubicación disciplinar
Tiene pues una lectura de su ubicación disciplinar muy laxa en la que dependen mucho los ambientes en los que se mueva y también influye su trayectoria personal
1) Carácter secundario de la dedicación académica en buena parte de su vida por el peso de vocación de intelectual total y de escritor (y de éxito: Maitreyi de 1933 - con 26 años- le encumbra; pero hay otros escritores rumanos de primer orden también exiliados tras la II G.M. Cioran-Ionesco... quizá ésta será su faceta de fama en la posteridad). Payot, su editor francés no quiso publicar sus obras literarias porque estimaba que sería contraproducente para la faceta académica ("seria") que quiere emprender.
2) Fracaso relativo de su formación como orientalista (no consigue ser un sanscritista porque su estancia india se trunca (dic. 1928- dic. 1931) por sus problemas con Dasgupta y no seguirá la formación en Europa) pero peso fundamental de la percepción diferente que le ofrece la India colonial (1930: estancia en Rishikesh con Shivananda) aunque es un capítulo inconcluso y conflictivo (sueño del 27 de agosto de 1951: se cree Narada, alcanza una fama mundial....)
3) Vida académica complicada, Eliade historiador general de las religiones se hace en el exilio (a partir de 1940) aunque sin institución estable desde 1945 hasta 1957. Como rumano se sintió cerca de Italia (estancias en 1927-1928 pero no contacta con Pettazzoni, quizá no tenía la intención de dedicarse a las religiones) e incluso de los intelectuales españoles (Ortega con quien trabó amistad en Portugal, Menéndez Pelayo, Unamuno, D'Ors -que inspira su Oceanografía-). Quiso tras la guerra trabajar con Pettazzoni (o sucederle en 1953 solo se reconvocará la cátedra en 1958 cuando Eliade ya está en USA), aunque discrepaba (como se ve en la correspondencia), nunca dejó de aceptar los presupuestos históricos de la Scuola di Roma (la más sistemática en la construcción de una metodología en historia de las religiones: Angelo Brelich, Ugo Bianchi; Ángel Álvarez de Miranda se relacionó con ellos) y la denominación Storia delle Religioni.
4) Peso de los modelos franceses de entender el estudio de la religión. Eliade era francófono, publicó en francés sus primeros libros de éxito. Dumézil le invita a dar cursos libres en EPHE desde 1945, Francia será su centro de operaciones hasta 1957. Histoire des religions será la denominación que aceptará por el prestigio que tiene en Francia (y que solamente desmontará Michel Meslin sin conseguirlo plenamente) y en general. A pesar de sus estancias alemanas de 1934-1935 no era buen germanófono y Alemania no será un lugar al que aspire.
5) En 1957 (con 50 años) consigue un puesto académico
estable en USA. Plantea una posición diferente de lo que se hacía
en las universidades americanas (recordar 1893 World Parliament of Religions,
ejemplificando la nación multirreligiosa abierta a la diversidad
pero desde lecturas de insiders), modelo más a la europea. Usa History
of Religions para nombrar lo que hace que quiere ser diferente de la teología
o las opciones confesionales que había en USA entonces (aunque estará
en la Divinity School de la Univ. de Chicago), una disciplina autónoma.
Su lectura anticomunista, pero también su apertura oriental y hacia
los valores de la experiencia religiosa le hace realizar una aproximación
muy aceptable en USA.
c) Posición sucinta de Eliade
- antirreduccionista (crítica de Robert A. Segal en el cap. I de Religion and the Social Sciences, Atlanta, BSR, 1989, discusión replanteada en T.A. Idinopulos/ E.A. Yonan, Religion and Reductionism. Essays on Eliade, Segal and the Challenge of the Social Sciences for the Study of Religion, Leiden, Brill, 1994) - buscando una hermenéutica total
- abierta a las lecturas diferentes: intereses del círculo Eranos, del misticismo y el naturalismo (análisis del hippismo), de los mundos no europeos
- que minusvalora lo social, la religión conductual (si no es rito, pensado como ejemplificación del mito de orígenes), y sobrevalora lo mental (la idea, la creencia): se puede entender como una opción vital, pero también política.
d) El ejemplo de la Historia de las creencias...
Desde la estabilidad de su cátedra de Chicago (que en 1985 será nombrada Mircea Eliade Chair for the History of Religions) y una fama mundial, emprenderá la que estima su obra definitiva Historia de las creencias y las ideas religiosas, Madrid, 4 vols., 1978 ss. (nueva ed. Barcelona, 1999) (París, 1976-1983). Aunque su obra más notable (aunque de paternidad efímera ya que no se refleja en la 2ª ed. de 2005) será la edición de ER y quizá su trabajo más duradero sera Tratado de Historia de las religiones (del que la Historia de las creencias... era continuación).
1) No la llama historia de las religiones, no se centra en la religión política (ej: en Egipto no dice nada de los mecanismos de sublimación del poder tiránico) sino en las ideas religiosas (ej: el rey es estabilidad: Maat; Eliade no ve que esta ideologización del rey es un medio de control social, pero no hay que olvidar que el autor es un producto de la guerra fría, aunque es también un pensador que supo ir más allá de las constricciones de su tiempo: los valores actuales se resaltan en B. Rennie, Reconstructing Eliade: Making Sense of Religion, Nueva York, Suny, 1996 o B. Rennie (ed.), Changing Religious Worlds: The Meaning and End of Mircea Eliade, Nueva York, Suny, 2000).
2) Pero sigue un esquema plenamente histórico: el eje de su obra es la cronología aunque requiera que las religiones se corten en partes y se diseminen en diferentes volúmenes y niveles de redacción que se dilatan en años (ej: tema complejo y que menos conocía quizá t: I; Israel cap. VII: hasta Jueces; cap. XIV monarquía; t.II; cap. XXV: apocalíptica, mesianismo, legalismo; XXVIII: nacimiento del cristianismo, Jesús, esenios; t.III,1; XXXVI: judaísmo medieval (hasta el hasidismo)).
3) Murió sin acabar (sin siquiera adelantar el volumen III,2) sin plantear sus formas de entender la religión tras la modernidad. Hubiera sido un reto cómo hablar de religiones actuales solo con ideas y creencias sin hacer sociología, sin estadísticas, sin plantear una socio-geografía de las religiones (no creo que pueda haber hermenéutica total que no tenga en cuenta este tipo de datos y las perspectivas que abren). Tampoco revisó las religiones que denominaba arcaicas de América, África y Oceanía, quizá tenga base la crítica antropológica a Eliade y a su falta de adecuación a lo que se hacía en la antropología postcolonial (especialmente las reflexiones metodológicas y teóricas).
Teniendo en cuenta lo leído y estudiado sobre este autor se realizará
la lectura de alguna de las obras sobre historia de las religiones de Mircea
Eliade que se enumeran a continuación.
Se escogerá la que presente mayor interés en el marco
de la formación y expectativas de estudio ulterior de cada alumno/a,
para ello es necesario contactar con el profesor para acordar la lectura
más adecuada a estos intereses.
Se realizará sobre la obra un trabajo escrito en un mínimo
de 10 páginas (de 2500 caracteres con espacios por página
aproximadamente) en el que se discutan argumentos sobre el religiocentrismo
por parte de Eliade que detecten en el libro que han leído (quienes
desarrollen de modo exclusivamente online la asignatura tendrán
que realizar sobre este libro un ensayo crítico de al menos 25 páginas
de 2500 caracteres con espacios por página). No se trata de hacer
un resumen del libro sino específicamente un ensayo que busque detectar
el religiocentrismo por parte de Eliade en ese libro.Se puede entregar
el trabajo al final del cuatrimestre (en la sesión presencial última
del curso).
Las obras de Mircea Eliade de las que se dispone de traducción al español (y que no son trabajos puramente literarios) son las siguientes:
Alquimia asiática, Barcelona, Paidós, 1992 (París,
1978)
Aspectos del mito, Barcelona, Paidós, 2000 (París,
2ª ed. 1973; la 1ª ed. se tradujo como Mito y Realidad)
Cosmología y alquimia babilonia, Barcelona, Paidós,
1993 (Roma, 1937)
De Zalmoxis a Gengis-Khan, Madrid, Cristiandad, 1985 (París,
1970).
Diccionario de las religiones, Barcelona, Paidós, 1992-1999
(París, 1990) (en colaboración con I. P. Couliano)
El chamanismo y las técnicas arcaicas del éxtasis,
México, FCE, 1960 (París, 2ª ed. 1968, 1ª ed. 1951)
El mito del eterno retorno, Madrid, Alianza-Emécé,
1974 (París, 1951); Madrid, Alianza, 2000 (2ª ed. París,
1969)
Herreros y alquimistas, Madrid, Alianza, 1959-2001 (París,
1956)
Historia de las creencias y las ideas religiosas, Madrid, 4
vols., Cristiandad 1978 ss.; nueva edición Barcelona, Paidós,
1999 (or. París, 1976, salvo el vol.IV, que es traducción
de From Primitives to zen, Nueva York, 1967); vol. 5, Barcelona,
Herder, 1996 (or. Friburgo, 1991), aunque este tomo no es del autor sino
una recopilación realizada por I. P. Culiano (en cuanto albacea
científico de los inéditos de Eliade) de trabajos de diversos
especialistas que resulta muy desigual.
Imágenes y símbolos, Madrid, Taurus, 1979-1999
(París, 1955)
Iniciaciones místicas, Madrid, Taurus, 1975 (Nueva York,
1958) (hay nueva traducción como Nacimiento y renacimiento,
Barcelona, Kairós, 2001)
Introducción a las religiones de Australia, Buenos Aires,
1973 (París, 1973)
La búsqueda. Historia y sentido de las religiones, Barcelona,
Kairós, 1999 (Chicago, 1969; otra traducción al español,
Buenos Aires, 1971)
Lo sagrado y lo profano, Madrid, Guadarrama, 1967; Barcelona,
Paidós, 1998 (Hamburgo, 1957)
Mefistófeles y el andrógino, Madrid, Guadarrama,
1969; Labor, 1984 (París, 1962)
Metodología de la historia de las religiones, Barcelona,
Paidós, 1986-1996 (or. Chicago, 1965) (Eliade, M. /Kitagawa, J.
eds.)
Mito y realidad, Madrid, Guadarrama, 1973; Labor, 1991 (París,
1963) (nueva ed. como Aspectos del mito)
Mitos, sueños, misterios, Madrid, Grupo libro 88, 1991
(París, 1957)
Nacimiento y renacimiento. El significado de la iniciación
en la cultura humana, Barcelona, Kairós, 2001 (Nueva York, 1958)
Ocultismo, brujería y modas culturales, Barcelona,
Paidós, 1997 (Chicago, 1976)
Patañjali y el yoga, Barcelona, Paidós, 1997 (París,
1962)
Técnicas del yoga, Buenos Aires, 1961 (París,
1948)
Tratado de historia de las religiones, Madrid, Cristiandad,
1974-2001 (París, 1949) (probablemente su obra más interesante)
Yoga, inmortalidad y libertad, Buenos Aires, 1977 (París,
1954)
Encyclopedia of Religion 16 vols., Nueva York, 1987 (reimp.
1993, es el editor general), pueden revisar los artículos escritos
por Eliade (la segunda edición, publicada en 2005, ya no cita a
Eliade como editor, lo que resulta muy significativo de una suerte de damnatio
memoriae)
La isla de Eutanasius, Madrid, Trotta, 2005 (recopilación
de trabajos varios)
Fragmentarium, Madrid, Trotta, 2004 (recopilación de
trabajos misceláneos)
Eliade y Claude-Henri Rocquet
e) Apuntes bibliográficos sobre Eliade
La obra de M. Eliade es difícilmente clasificable (lo mismo que
su vida inseparable de sus opciones de investigación para la que
pueden resultar muy ilustrativos sus diarios y en especial el Diario
Portugués, Barcelona, Kairós, 2001).
Destaca la recopilación de trabajos varios editada por V. Cirlot
y A. Vega bajo el título El vuelo mágico, Madrid,
1995, para comprender la trayectoria vital e intelectual de Eliade. Resulta
muy interesante la lectura de la correspondencia entre Eliade y el gran
maestro de la historia de las religiones en Italia R. Pettazzoni (L'histoire
des religions a-t-elle un sens?. Correspondance 1926-1959, París,
1994, preparada por N. Spineto); también La prueba del laberinto,
Madrid, 1980 (París, 1979, entrevistas de Claude-Henri Rocquet con
Mircea Eliade).
Sobre este autor por ejemplo en español D. Allen, Mircea
Eliade y el fenómeno religioso, Madrid, 1985 (París,
1982); L. Duch, Mircea Eliade, Montserrat, 1983; o en italiano y
por su discípulo malogrado I.P. Couliano, Mircea Eliade,
Assis, 1978 (edición en rumano y nueva edición italiana con
un posicionamiento crítico). Resulta muy ilustrativa la biografía
ponderada pero que tiene en cuenta los claroscuros vitales del autor de
F. Turcanu, Mircea Eliade. Le prisonnier de l'histoire, Paris, 2003
(ed. rumana puesta al día 2006). La bibliografía sobre Eliade
en inglés es abrumadora, destacando los trabajos de Mac L. Ricketts
y Brian Rennie.
Esbozar un ensayo personal en el que, tras la lectura de los dos trabajos
(complementarios) o del tercero (que los reune a ambos y los sustituye)
que se citan más abajo, exponga su opinión sobre el concepto
de arquetipo en Eliade.
."Mircea Eliade y Eugenio D'Ors (y el arquetipo), Ilu. Revista de
Ciencias de las religiones 12, 2007, 81-112 (pulse
aquí)
."Mircea Eliade y Eugenio d'Ors: notas sobre su correspondencia", Ilu.
Revista de Ciencias de las religiones 13, 2008, 55-70 (pulse
aquí)
."Eugenio d'Ors y Mircea Eliade" Archaeus XIII, 2009, 227-279
(pulse
aquí)