TEORÍAS Y METODOLOGÍAS DEL ESTUDIO DE LAS RELIGIONES
Material preparado por Francisco DIEZ DE VELASCO
UNIVERSIDAD DE LA LAGUNA
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La configuración de una disciplina totalizadora y sus límites

La ambición del especialista en el estudio de las religiones, que ciñe su análisis a un campo muy determinado (los hechos religiosos) es aprehenderlo y comprenderlo del modo más adecuado tanto en el presente como en el pasado. Esta configuración generalista y totalizadora (holista) de la disciplina (que subvierte, como ya vimos, la tendencia a la hiperespecialización común en la mayoría de las disciplinas científicas y humanísticas) ha provocado críticas por parte de los especialistas (por etapas históricas o culturas) sobre la falta de profundidad e indeterminación metodológica de la disciplina, como ya planteamos. Pero, en general los historiadores de las religiones son sensibles a lo excesivo de los límites del campo de trabajo (las religiones históricas, las manifestaciones religiosas) y a la incapacidad personal, dada la complejidad y profundidad de cada campo específico de saber (culturas y etapas históricas, con lenguas muy diferentes) para abarcar la totalidad (e incluso grandes conjuntos) de la disciplina, lo que se mitiga con una doble vertiente de trabajo:

.o bien la utilización, en la confección de síntesis generales, de trabajos de investigación realizados por especialistas por etapas o culturas, que si bien conlleva una aproximación en muchos casos mediada del objeto de estudio por otra parte posee el interés de alcanzar un impacto social mucho mayor (con lo que ello comporta de prestigio de la disciplina, como ejemplifican los trabajos de Mircea Eliade).

.o bien la especialización en una etapa o cultura determinada, lo que lleva a una aproximación directa respecto del objeto a estudio. Se utilizan documentos de primera mano, sobre los que se realiza una crítica de fuentes del mismo modo que la haría un historiador o un filólogo que se interesase por ese mismo fenómeno religioso. La particularidad del análisis histórico-religioso radica en que la óptica interdisciplinar puede llegar a modificar cualitativamente el resultado final y la comparación simpre ofrece recursos para desenclavar cualquier análisis de la tentación de ver la cultura a estudio como impermeable y única.

En algunos casos la crítica expresada ha sido aún más radical, como ya hemos visto, y ha apuntado a la propia conformación del objeto de estudio, al estimarse que la dedicación con exclusividad a un fenómeno ideológico único (lo religioso) conllevaría una visión reduccionista y sesgada y a la construcción de una ciencia de modo artificial. Se puede argumentar que la disciplina:

. tiene un objeto de estudio propio que es el fenómeno religioso (la religión) analizado desde una óptica propia (en sus manifestaciones históricas y los análisis de índole general que de éstas se pueden extraer) de un modo no religiocéntrico y neutral. Se trata de una mirada desde fuera que minimiza los signos identificadores (de carácter religiocéntrico o etnocéntrico) y los apriorismos.

. posee una metodología específica (basada en la interdisciplinaridad y el método comparativo) que determina que los trabajos de un especialista en el estudio de las religiones presenten unas características propias, diferenciadoras frente a los trabajos de un historiador especialista por etapas o un filólogo especializado en una cultura particular.

El historiador de las religiones (o la denominación que quiera dársele), por tanto, aunque suele poseer una especialidad en la que domina de modo adecuado los métodos e instrumentos de investigación (según los estándares comunes) suele estar capacitado (por medio de un conocimiento general de la totalidad de las religiones históricas, y del método y presupuestos de la disciplina) para ofrecer análisis más globalizadores. Al no renunciar a una visión general, al extraer consecuencias interculturales de lo que estudia en un ámbito específico, al confeccionar síntesis, el historiador de las religiones (o el especialista en el estudio de las religiones) está en una posición inmejorable para pensar el mundo (tanto en el pasado como en el presente) y en particular ese universo refractario pero fascinante que resulta ser lo que se cree.

Cabe preguntarse si la ambición generalista y sintética no puede llegar a entorpecer la capacidad analítica...



Este material es una adaptación y puesta al día de análisis que se exponen en F. Díez de Velasco, "El estudio de la religión: autonomía, neutralidad, pluralidad" en F. Diez de Velasco y F. García Bazán (eds.), El estudio de la religión, Madrid, editorial Trotta (EIR1), 2002, pp. 393-396 y F. Díez de Velasco, Introducción a la historia de las religiones, Madrid, Trotta, 3ª ed., 2002, pp. 52-54. Interesan también las reflexiones del apéndice "Excursus sobre la ambición de las aproximaciones totalizadoras: el holismo como concepto" en F. Díez de Velasco, La Historia de las Religiones: métodos y perspectivas, Madrid, Akal, 2005, cap. VI, pp. 214-222.