HISTORIA DE LAS RELIGIONES
Tutorial de la asignatura, preparado por 
Francisco DIEZ DE VELASCO
FACULTAD DE GEOGRAFÍA E HISTORIA
UNIVERSIDAD DE LA LAGUNA

PRÁCTICA 7:  El I Ching: ¿un libro sagrado?


Confucio, Analectas, VII, XVI: "Confucio dijo: Si me dieran más años de vida, dedicaría cincuenta de ellos al estudio del Yìjing (I Ching) y así no llegaría a tener grandes faltas" (traducción Joaquín Pérez Arroyo, Confucio, Mencio, Los Cuatro Libros, Madrid, ed. Alfaguara, 3ª ed. 1995 (1ª, 1981), p. 46)



1) Trigramas (8) y hexagramas (64): sistema de combinaciones de dos posibilidades (línea continua: yang; línea quebrada: yin)




2) La consulta con monedas:

>yin: valor 2; yang: valor 3
>se tiran tres monedas seis veces y se construye el hexagrama de abajo a arriba;

>valores posibles:   yang viejo=9 (3 valores yang)
                            yin viejo=6 (3 valores yin)
                            yang jóven=7 (1 yang+2 yin)
                            yin jóven=8 (1 yin+ 2 yang)

>las líneas viejas -trazos mutantes- ofrecen un oráculo posicional suplementario

>Las combinaciones posibles:


3) Las explicaciones:

"El I Ching es un manual de adivino o libro mágico activo para lo que C.G. Jung llamaba fuerzas arquetípicas. Organiza el juego de estas fuerzas en imágenes, a fin de que sea posible una lectura individual. Su uso se inicia con un problema y una pregunta... El I Ching responde a esta pregunta mediante los textos de uno de los hexagramas. Estos presentan racimos quebrados y continuos de imágenes e ideas que reflejan las estructuras de la psiquis, cualidad que comparten con los sueños y las fantasías espontáneas... Este libro es un intento de presentar el núcleo oracular del I Ching como herramienta psicológica. El  propósito es rescatar el lenguaje oraular y el uso de la adivinación como vínculo entre lo individual y lo invisible: el mundo de imágenes descripto en el mito, el sueño, el viaje chamánico o el culto misterioso. La forma final de esta traducción, tras cuarenta años de investigación, surgió de varios años de seminarios, congresos y consultas individuales y grupales, con la paticipación de artistas, pensadores y eruditos de todo el mundo. El interés fundamental es brindar a la gente el medio de vivir y decidir de forma trascendente, haciendo que capte el valor imaginativo, pues el I Ching llena un importante vacío en el enfoque moderno de la psiquis. Sus textos oraculares vinculan el estudio de lo que C.G. Jung llamaba "los arquetipos" y lo que el mundo antiguo llamaba "los dioses" directamente con la experiencia individual. La presente traducción es un intento de ir más allá del análisis histórico, filológico y filosófico, para revivir el núcleo adivinatorio, la raíz psicológica del libro como práctica viviente" (R. Ritsema y S. Karcher, I Ching, Buenos Aires, 1995 p. 15)

"Este supuesto implica cierto curioso principio al que he denominado sincronicidad, un concepto que configura un punto de vista opuesto al de causalidad. Dado que ésta última es una verdad meramente estadística y no absoluta, constituye una suerte de hipótesis de trabajo acerca de la forma en que los hechos se desarrollan uno a partir del otro, en tanto que la sincronicidad considera que la coincidencia de los hechos en el espacio y en el tiempo significa algo más que un mero azar, vale decir, una peculiar interdependencia de hechos objetivos, tanto entre sí, como entre ellos y los estados subjetivos (psíquicos) del observador o los observadores... En el Yi Ching, el único criterio de validez de la sincronicidad es la opinión del observador según la cual el texto del hexagrama equivale a una versión fiel de su estado psíquico... Por supuesto la argumentación que acabo de exponer jamás halló cabida en una mente china. Por el contrario, conforme a la antigua tradición, se trata de "agentes espitrituales" (shen) que actuando de modo misterioso hacen que los tallos de milenrama den una respuesta significativa" (prólogo de C. G. Jung a la edición del I Ching de Richard Wilhelm p. 25-26)