Francisco DIEZ DE VELASCO, XXIX Seminario sobre Historia del Monacato. Aguilar de Campoo (Palencia) 3 de agosto de 2015.
I) La cristianización del agua: ideas generales
La relación del cristianismo con el elemento agua es muy fuerte,
más que con los demás elementos:
Habría una predisposición casi podríamos decir
que de base en una convergencia con lo precristiano en la sensibilidad
apreciativa cristina hacia el agua. Tendría sentido otorgar valor
al agua en el cristianismo y hasta utilizar lugares previos de culto con
agua para poner en ellos iglesias.
PERO hay un tipo de agua que presenta un valor añadido.
Frente a muchas aguas posibles, marinas, fluviales, de manantiales, de
lagos, etc… que convertirían el tema en casi inabarcable, y que
podrían desvirtuar el foco y apartarnos del propio valor superior
del agua para tender a valorar otros aspectos (el valor económico
y de prosperidad del mar, como ocurre por ej. en Okeanos en Mérida),
el de lo telúrico en las fuentes, lo agrícola en los ríos…
etc… Hay unas aguas que aún hoy estimamos particularmente curativas,
las termales, frente a otras a las que no reputamos en la misma
medida tal valor y que nos servirán de guía.
Porque las aguas en general son tema que ha sido tratado con cierto
detalle, desde el artículo seminal de José María
Blázquez (“Le culte des eaux dans la Péninsule Ibérique”,
Ogam 9/3, 1957, pp. 209-233, traducido en Imagen y Mito)
donde expone que el culto a las aguas ha tenido una “continuidad impresionante”
y cuyo culto terminó incluso “siendo tolerado hasta por el cristianismo
tras infructuosas persecuciones en el Medievo” (p. 224) hasta el trabajo
sistemático de María Teresa López de Guereño
Sanz, “La cristianización del agua: presencia y simbolismo en la
arquitectura templaria de la Alta Edad Media Hispana”, en E. Fernández
González (coord.), El mundo antiguo visto por el hombre medieval,
II Jornadas de Estudios Medievales, León, 2013, pp. 93-130.
Por tanto para diferenciar esta presentación de los estudios anteriores en este caso se intentará centrar el foco en detectar la dinámica religiosa en torno a la sacralización del agua desde la antigüedad hasta la cristianización, adelantar diferencias en un contexto que parecería inmutable, marcado por la continuidad. Intentaremos por tanto visibilizar los procesos de transformación de los principios sobrenaturales a los que se da culto.
II) Las particularidades del agua termal y su sacralización en la antigüedad
Por tanto nos centraremos en las aguas termales, para intentar determinar qué ocurrió con su percepción tanto en la antigüedad como con la cristianización (y hasta hoy), pues evidencian un fenómeno de calado en la comprensión de los valores sobrenaturales asociables al agua, que ejemplifican una transformación del foco de la acción religiosa que pasa de lo concreto a lo abstracto y que con la cristianización retorna de nuevo a la concreción.
Usaremos la epigrafía como guía documental principal y nos centraremos en la documentación más directamente asociable de modo seguro a manantiales termales ya que éstos presentan unas características específicas que acotan el campo ya que destaca en ellos:
- la importancia del espacio natural que es mayor que en otros
casos de culto acuático: el agua termal tiene difícil manipulación
(no se transporta lejos, como ocurre con el agua no-termal) sin perder
los atributos que la caracterizan e imaginariamente la sacralizan. La experiencia
de la sanación está atada a una topografía,
a un lugar preciso que puede ser más o menos accesible, pero que
el ser humano puede manipular poco para potenciar su accesibilidad (a lo
sumo, si el agua es muy caliente, canalizarla unas decenas de metros).
-La experiencia de la sanación termal
no es una experiencia elitista, no hace falta ser especialista para
acceder a ella, ni se necesitan especialistas que la intermedien. Es un
buen ejemplo de culto individual que puede no requerir mayor explicación
que la inmediatez de las razones del cuerpo y puede no necesitar otro espacio
que la surgencia termal natural.
Por tanto su perdurabilidad es notable, incluso se puede decir
que presenta en palabras de Ileana Chirassi "una fenomenología
de resistencia" ("Acculturation et cultes thérapeutiques", en
F. Dunand y P. Levêque (eds.), Les syncrétismes dans les religions
de l'antiquité. Colloque de Besançon (1973). Leiden, Brill,
1975, pp. 96-111).
III) El agua termal es la divinidad: el culto a lo concreto
Partimos de un primer momento (el previo no lo conocemos adecuadamente
ya que se hacía con rituales que no han dejado documentación
con palabras y nombres de dioses).
Los casos más evidentes de concreción natural lo ofrecen
las divinidades que imaginariamente simbolizan al propio surgiente.
Muestran el proceso de animización de la naturaleza hacia
el que fueron tan sensibles los investigadores de los orígenes de
la religión que siguieron la estela de Tylor y su propuesta del
animismo. De todos modos no resulta difícil entender que
este proceso se produzca de modo casi nos atreveríamos a decir que
"natural" en el caso del agua visto el carácter de la misma, aumentado
en el caso del agua termal puesto que al añadir el calor y en ocasiones
también el borboteo, la sensación de vitalidad, de animación,
de vida de la misma es aún más evidente. Naturaleza viva
y en movimiento que resultó fácilmente imaginada como sede
de dioses que, además, curan.
Aparece tanto divinidades indígenas prerromanas como divinidades de nombre romano
1) El dios Edovius
Se testifica en una inscripción perdida desde 1909 aparecida
en 1798 durante las obras de construcción del balneario Dávila
de Caldas de Reis (Pontevedra) que explota las aguas hipertermales
del lugar (surgen a 48 grados) en los cimientos de la arqueta del agua
termal es un dios indígena y presenta un dedicante de onomástica
indígena:
Edovio |
Adalus Clo| utai v(otum) s(olvit) l(ibens) m(erito) |
2) El dios Bormanicus
De entre las etimologías del nombre la que más nos interesa
es la que se refiere al borboteo, directamente asociado con el agua que
bulle por la acción del calor, tiene paralelos en la Galia (Borvo,
Bormo, Bormano).
En la Península Ibérica se ha testificado el culto termal
al dios en Caldas de Vizela (Portugal) en un balneario caracterizado
por sus aguas hipertermales (algunas a 65 grados). Es un agua que dado
el calor al que surge, efectivamente, borbotea.
Encontramos dos inscripciones con dos perfiles diferentes de dedicante.
Medam|
us Camali | Bormani| co v(otum) s(olvit) l(ibens) m(erito) Hallada en 1841 en el Baño del
|
C(aius) Pompeius |
Gal(eria tribu) Caturo| nis f(ilius) Meid| ugenus Ux| samensis | ¬D¬eo Borma| nico v(otum) s(olvit) m(erito libens) | quisquis ho| norem agi| tas ita te tua | gloria servet | praecipias | puero ne | linat hunc | lapidem hallada a finales del siglo XVIII en
|
Una característica de este tipo de invocaciones: se escoge el nombre local porque parece que funciona, incluso aunque el dedicante no sea del lugar y puede tener otros dioses desu comarca a los que referirse. De ahí que se trate de contextos de resistencia, frente a lo romano de lo prerromano, no es de extrañar que lo precistiano también perdure en época de plena cristianización.
3) Las aguas
Con nombre latino y no de carácter prerromano como los anteriores,
aparecen los testimonios de culto al agua termal en la forma más
concreta que puede darse, invocando sin más a las propias aguas.
Dos testimonios resultan claros para nuestros propósitos de
entre los aparecidos en la Península Ibérica.
a) Por una parte tenemos el epígrafe dedicado a las Aguas
Sagradas (Aqui(s) Sacri(s) ) aparecido en Caldas de Monchique
(Portugal), en el principal nacimiento de aguas mesotermales (a 35 grados)
del lugar.
Aqui(s) | Sacri(s) | Patulcia | T(---) P(---) | v(otum) s(olvit)
aparecida en el principal
|
b) Por otra el epígrafe aparecido en un pozo artificial enlosado,
en la captación romana de las aguas hipertermales (que brotan a
45 grados) en el lecho del río Yeltes, en Retortillo (Salamanca,
España), dedicado a las Aguas Eletesas-Yeltesas (Aquis
Eletesibus).
Eaccus |
Albini f(ilius) | Aquis El| etesibus | votum | l(ibens) a(nimo) s(olvit) |
En este caso se añade la referencia toponímica para aumentar la concreción de la invocación (no es cualquier agua sagrada sino ésta en particular). La divinidad resulta por tanto la precisa caracterización local de la naturaleza encauzada por la acción humana.
IV) El culto a las Ninfas: del agua concreta a las aguas en general
Más allá del nombre indudablemente romano con el que se
las invoca, encontramos una diversidad de contextos y "usos" de las
ninfas en la Península ibérica, desde los que están
marcados por un fuerte indigenismo a contextos plenamente romanizados.
La naturaleza implicada en las invocaciones termales a las ninfas no es
equivalente en unas y otras circunstancias y repasaremos algunos ejemplos
documentales al respecto.
Ninfas en contextos termales
(*contexto seguro; +contexto más dudoso) 1. Lugo* 2. Tíjola+; 3. Leyre+;
|
1) Un emplazamiento balnear antiguo especialmente interesante lo encontramos
en Baños de Montemayor (Cáceres) donde ha aparecido
uno de los mayores conjuntos de epigrafía de este tipo del mundo
romano, con 19 testimonios de carácter votivo hallados en
diversos momentos en las obras de ampliación y acondicionamiento
de los manantiales hipertermales (surgen a 45 grados) del lugar. La
mayoría de las inscripciones, de factura muy rústica, se
dedican a las ninfas invocadas sin ulterior epíteto, pero hay también
una serie de ellas en que son invocadas con el epíteto de ninfas
caparenses (Nimphis Caparensium). Se trata de un epíteto
que se refiere a la importancia de Capera, el centro vertebrador comarcano.
Destaca también un caso dedicado a las ninfas de la fuente
(Nimpis fontanae), invocación que equipara de modo aún
más claro que en los anteriores al principio curativo con el propio
agua, tratándose de una invocación más cercana a las
vistas en el apartado anterior que a las que vemos en éste.
Nymphis |
L(ucius) K(---) Syria| ches | v(otum) a(nimo) l(ibens) s(olvit) |
[..]NO[...] |
Cresiu[s] | Nimpis | [v(otum) s(olvit)] l(ibens) M(erito) |
Nym|ph[is] |
[.]MM[.]| [..]O[.] | v(otum) l(ibens) [a(nimo) s(olvit)] |
N[y]m[p]is |
[.]VAR[..] | [.]OS v(otum) [a(nimo) l(ibens) s(olvit)] |
[N]ympis |
[C]aparensium | Aelius | --- |
[Ny]mpis |
[Capar]ensium | [---]ius | [---]nicus | v(otum) l(ibens) |
Nim|phis |
Capa[r](ensium) | [.]REB[..] | [.]EVE[..] | v(otum) a(nimo) l(ibens) s(olvit) |
Ni]mpi[s] | fontanae | [..] Viriatu[s] |
[.]LI[.]SPR[..] | [..]V[..]RON[.] om| nis lib(ens) vo(tum) a(nimo) s(olvit|olverunt) |
Resulta necesario destacar, además de las anteriores, una serie de otras inscripciones con fuertes rasgos de indigenismo tanto en su factura como en la onomástica de sus dedicantes halladas principalmente en el Noroeste de la Península ibérica.
2) Resultan ejemplares dos epígrafes aparecidos en el siglo XVIII
durante las obras de acondicionamiento del balneario de Caldelas (Braga,
Portugal), que aprovecha el manantial hipotermal (que brota a 31 grados)
del lugar. La factura de ambos es muy rústica y en uno de
ellos el nombre del dedicante, Caenicienus añade un elemento
suplementario de indigenismo.
Caen(i)|cien(us) | Nym|phis | ex vo|to
aparecida en el siglo XVIII durante
|
------ | D(e)ab(us) | Nym|phis | ex vo|to en idénticas circunstancias que la anterior |
3) Resulta significativamente parecida en la rusticidad de la factura
y en el carácter indígena del dedicante (Boelius Rufus) la
inscripción hallada en las proximidades de la fuente hipertermal
(surge a 48 grados) de Baños de Bande (Orense), la antigua
Aquae
Querquennae.
Nymfis | Boeli|us Ruf|us pro | salute | sua v(otum) s(olvit)
Aparecida en las proximidades de la fuente termal de
|
4) También presenta rasgos indígenas la dedicante (Calpurnia
Abana) de un epígrafe aparecido en 1802 al abrir una cimentación
para reparar el edificio moderno en una huerta junto a las Burgas (manantiales
hipertermales –surgen a 70 grados-) de Orense.
Nymphis |
Calpurn|ia Abana | Aeboso(ca) | ex visu | v(otum) s(olvit) l(ibens) [m(erito)] Aparecida en 1802 en una huerta
|
La fórmula ex visu ofrece un añadido que parece desconcretizar en cierta medida la imbricación directa con el manantial de las diosas que estamos presuponiendo para sugerir una acción imaginaria y onírica que parece evidenciar una corporeidad (y visualidad) que no se puede limitar al mero fluir del agua.
El modelo romano que imagina a las ninfas en figura antropomórfica, como deidades femeninas, a las que se representa como bellas mujeres que moran en los manantiales y los custodian (y que pueden aparecerse en sueños, en visiones) marca un cambio, un grado más en el proceso de desconcretización y de “desnaturalización” (es decir aleja de lo natural, del agua en cuanto materia divinizada) que estamos intentando evidenciar. No han aparecido estatuas de este tipo en los balnearios de la Península Ibérica, pero su presencia no sería de extrañar en balnearios cívicos o en zonas o momentos de mayor romanización, dado el ejemplo que ofrece la pátera de Otañes dedicado a la Salus Umeritana (de la que no conocemos con seguridad que se refiera a un balneario).
Recreación de la pátera de Otañes en el Museo
Arqueológico de Santander
5) Dedicantes portadores de onomástica romana conocemos, por
ejemplo en el caso de dos epígrafes hallados en las inmediaciones
de las fuentes hipertermales (surgen a 57 grados) de Caldas de
Cuntis (Pontevedra).
Nymp|his C(aius) A|ntonius | Florus Nymp|his C(aius) | [A]tonius | Florus Aparecidas en las inmediaciones
|
6) También en dos de los diversos epígrafes dedicados
a las ninfas de entre los 14 aparecidos en las excavaciones de la
piscina termal del balneario de Lugo (situado junto al río,
extramuros de la antigua ciudad romana) que explota las aguas hipertermales
del lugar (que surgen a 45 grados). Con dedicantes plenamente romanos por
su onomástica.
Nymphis | [---]E-V[---] | Nymp(his) | sac[rum] |
Nymphis | L(ucius) Val(erius) M(---) | Nymphis | M(arcus) Ulp(ius) Lon|ginianus |
7) Solo de modo hipotético se puede asociar el epígrafe
dedicado a las ninfas aparecido en 1863 en los baños de Arties
(Lérida), que se localizan en torno a un manantial mesotemal (que
mana a 40 grados) y donde el dedicante porta un nombre a la romana.
En 1863 apareció en los baños de Arties (Lérida,
España),
una inscripción, hoy desaparecida con el texto: Nymp[his] Puede que resulte ser la parte superior de otra fragmentaria,
N[ymp]h[i]s | L(ucius) Pom(peius) |
|
Podemos defender que en estas dedicaciones a las Ninfas en toda la zona
occidental de la Península Ibérica, tras el nombre se
encubre la antigua y bien concreta divinidad del manantial a la que
define el teónimo romano de un modo no solo comprensible a un mayor
número de personas, sino también comparable (en un mundo
en el que el marco geográfico restrictivo de las agrupaciones prerromanas
ha estallado para intentar adaptarse a una sociedad de límites mucho
más extensos).
El balneario se convierte por lo tanto en un lugar privilegiado
de sincretismo en el que se conviven diversos modos de entender la
misma "realidad" religiosa, así frente a modos ancestrales, penetra
un modo romano cargado de nuevas palabras (nuevos teónimos) y nuevos
vehículos cultuales (como la epigrafía).
Así las ninfas actuarían como instrumentos de
un proceso de mutación que de lo concreto (ninfas locales asociadas
a surgientes determinados, antiguos dioses fácilmente renombrados
por medio de estas figuras divinas) terminará abriendo el camino
a la abstracción. De un manantial determinado se pasaría
a cualquier manantial (las diosas serían las mismas acá y
allá), la naturaleza perdería su especificidad para tender
a la generalidad.
V) De lo salutífero a lo multifuncional: el proceso de abstracción del culto termal
Otro paso en el proceso de abstracción que ilustramos se produce cuando los dedicantes escogen divinidades que no se pueden asociar de modo concreto a un manantial en particular, pero donde en ocasiones los contextos cargados de indigenismo nos permiten inclinarnos a pensar en que dicho proceso no está acabado. Desde luego ya no son dioses de las aguas, sino que generalmente presentan otros cometidos entre los que los asociados con la sanación en general son primordiales. Lo telúrico se transforma en lo salutífero, la naturaleza, por tanto, difumina sus contornos anclados en la tierra de la que surge el agua caliente,
1) En Baños de Montemayor también han aparecido
dos inscriciones dedicadas a la Salus, una de ellas con el teónimo
expresado como Salfus (quizá un modo de invocación
con rasgos indígenas mejor que un error del lapicida).
Saluti | Valeria | Privata |
l(ibens) a(nimo) v(otum) s(olvit) |
Salfu(ti) | Rufiu(s) | libe(n)s |
vot(um) s|ol(vit) v(i)v(u)s |
2) Se pueden comparar con la epigrafía aparecida en Baños
de Valdelazura (Cáceres) con una variante del teónimo
que recuerda al epígrafe anterior.
Safu(ti) | T[---] | ------
aparecida en las inmediaciones
|
3) Estos testimonios presentan diferencias (en localización,
onomástica y tipo) con una invocación a Salus, perdida en
la actualidad, que conocemos por dibujos y aparecida en las gradas de los
baños derruidos en 1650 de Caldes de Montbui (Barcelona):
S(aluti) S(anctae/acrum) |
C(aius) Troc(ina) Zo| ticus | v(otum) s(olvit) l(ibens) m(erito) |
En este caso se trata de un ex-voto plenamente a la romana, el dedicante porta un cognomen griego y de modo hipotético podemos plantear que se trate de una invocación a un principio curativo más abstracto, una Salus al estilo de la Higia griega, que no puede circunscribirse ya al agua. Parecen testificarse en zonas diferentes dos modos de entender un mismo teónimo: Salus como poder sanador del agua que surge en un manantial concreto y Salus en tanto diosa dadora de la salud en múltiples circunstancias.
Este fenómeno de opción teológica desconcretizadora lo tenemos testificado en otros casos.
4) Surgen así invocaciones a divinidades romanas que si bien
incluyen la sanación entre sus funciones, con dificultad, salvo
que el contexto así lo indique, se refieren al agua en su concreción,
como el caso del Mercurio que aparece en un cipo hallado en la piscina
de Caldas de Lafões, en São Pedro do Sul (Viseu, Portugal),
dedicado a un Mercurio .
Mercurio |
[A]ugustor(um) | [A]guaeco | [ s]acr(um) | (in) [ho]norem | [...] Magi | [Sat]urnini | [... M]agius | [Reb]urrus | [p]ater et | Victoria | Victorilla | mater |
5) O la invocación a Minerva aparecida en la zona de los baños
de Caldes de Montbui (Barcelona), se trata de una divinidad muy
apropiada para agradecerle una curación, pero que no presupone
una relación directa y necesaria con el agua.
Cornelia Flo| ra pro Philippo | Minervae | v(otum) s(olvit) l(ibens) m(erito) |
6) Resulta especialmente notable el caso de Alange, al balneario
se asocia una invocación algo extraña. Los dedicantes optan
por agradecer la salud recobrada de su hija a Juno Regina. Juno
no tiene, por supuesto la concreción de las Ninfas, ni siquiera
es una invocación coherente por que se trate de una diosa con un
marcado carácter médico o curativo, como Minerva.
Iunoni Reginae |
sacrum | Lic(inius) Serenianus v(ir) c(larissimus) et | Varinia ¬Fl¬accina c(larissima) f(emina) | pro salute filiae sua | Variniae Serenae | dicaverunt Hallada en la Ermita de San Bartolomé
|
Las salas romanas del balneario de Alange, todavía en
uso,
|
Parece lícito pensar que en este caso invocar a la divinidad puede haberse convertido en un mero pretexto, no reflejar ya (o solo) la devoción por una curación sino el prestigio y el poder de los dedicantes que se expone en el escaparate de la piedad personal transformada gracias a la epigrafía en medio de propaganda (Juno Regina simboliza el poder de Roma en su vertiente femenina, conviene en un voto claramente diferencial por parte de mujeres del orden senatorial). Se ha propiciado una completa abstracción del principio sobrenatural que se imagina que produce la curación.
VI) De vuelta a lo concreto: la desacralización del proceso de curación
Esta transformación religiosa va pareja con la construcción
de una experiencia diferente de la sanación. La práctica
médica romana, sin necesidad de imaginarias actuaciones sobrenaturales,
daba suficiente cuenta del fenómeno de la curación termal.
El balneario pasaba de ser un espacio sacro a convertirse en un espacio
medicalizado. Este nuevo modelo romano que podríamos denominar
médico-científico
convierte a los balnearios en lugares sin divinidades, probablemente
lo que nos ilustran los mapas de los hallazgos de carácter religioso
en contexto termal: resultan reiterativos en lo que fue la céltica
hispana y poco abundantes en la zona relacionada desde antaño con
los modelos culturales mediterráneos (en particular la Bética).
Así la cronología y la geografía ilustran la tendencia
a la transformación del espacio sagrado en un espacio médico.
Las propiedades las determinaban mediante análisis organoléptico
cuando asociaban la cura de ciertas enfermedades con los componentes principales
(sulphurata para los nervios/ aluminata para las parálisis) distinguían:
aqua sulfurata, aluminata, bituminata, ferrata o nitrata (Plinio N.H. XXXI,32;
Séneca Nat.Quaest. III,2,1; Vitrubio VIII,3,4; Oribasio X;
Sorano III,12,46).
Pero hay que recordar un tercer uso del agua termal nada sobrenatural y ni siquiera directamente médico (salvo en un modelo preventivo de medicina): el meramente higiénico inserto en la práctica cotidiana del baño romano, que convierte al balneario en una terma económica, que no necesita de hipocausta, donde el agua surge ya caliente de las entrañas de la tierra.
Estos dos usos del agua (médico e higiénico) no necesitarían
de lo sobrenatural salvo que el recurso a los dioses pudiera cumplir
alguna función simbólica (no religiosa), como ilustrar el
poder y prestigio de una elite que extrae su fuerza de una notoriedad desplegada
bajo cualquier pretexto, como ocurre en Alange.
Este ejemplo termal nos ilustra cómo ciertos espacios consagrados
dejaron de serlo casi dos milenios antes de "nuestra" desacralización,
a la que estamos tan acostumbrados, y que promovió la modernidad.
Y esa desacralización es una vuelta al agua en sí y sus valores
curativos, al concreto manantial.
VII) Santos acuáticos y aguas santas: la cristianización como anclaje en lo concreto
Se puede producir otro fenómeno, en zonas en las que el culto a las aguas sigue estando arraigado y no se convierte en general el modelo medicalizado e higienizado de uso del agua, que es que la transformación religiosa que se produce con la cristianización reutilice los antiguos lugares de la devoción a las aguas por medio de cambiar el foco sagrado.
¿Qué es lo que ocurre?:
1) Desde luego los grandes dioses desaparecen, es decir en nuestro caso cualquier invocación a divinidades como Juno, Minerva o Mercurio serían inviables. La élite está cristianizada, sus grandes dioses de antaño son ahora el Dios cristiano, al que no se puede asociar lo acuático de modo evidente en ninguna de sus hipóstasis. Aunque lo que sí se hace es utilizar las fuentes para desarrollar en ellas la iniciación cristiana que es el bautismo por inmersión.
2) Pero en zonas apartadas, la gente del campo, los pagani, y sus dioses concretos serían otro asunto. La religión popular presentaba diferencias frente a la oficial de obispos y nobles. Como dice Patrice Cressier al hablar en su "Introducción" (a la parte VII, Baños Termales y Fuentes medicinales en la Edad Media) en Termalismo Antiguo I Congreso Peninsular, Actas, (M.J. Peréx, ed.), Madrid, Casa de Velazquez-Uned, 1997, 519-527 “Ni el cristianismo ni el islam podían, en todo rigor, tolerar cultos a las aguas como se practicaban en la Antigüedad. Sin embargo, es bien sabido que estas prácticas religiosos naturistas han sido asimiladas con facilidad por uno y otro, eso sí, con matices según las zonas y las épocas. Se impone una primera observación, bastante obvia: el fenómeno que nos interesa tiene lugar al margen de la religión oficial” (p. 524). Por tanto perduran las acciones de gracias que funcionan, las que se han ofrecido desde siempre a los manantiales, a las fuentes concretas, dadoras de salud por medio de la eficacia de sus númenes tradicionales.
3) Y lo hacen siglos después de la cristianización oficial. Martín de Dumio insiste en el culto a las aguas que se practica en la zona del Norte de la Península en la época en la que escribe su De correctione rusticorum, en el entorno de la década del 570. Y plantea que son los demonios a los que dan culto al agradecer a las aguas la curación. Hay una demonización de los antiguos dioses concretos de los manantiales. Y la acción de erradicación que se emprende y que su obra apoya debió de resultar parcialmente infructuosa.
4) Con la unificación religiosa en época visigoda se desarrollan acciones de presión más sistemáticas sobre estos cultos y luego de modo más eficaz con el desarrollo de los monasterios, que actúan con una mayor cercanía a estos focos de antiguo paganismo (Pablo de la Cruz Díaz Martínez y Juana María Torres Prieto, “Pervivencias paganas en el cristianismo hispano (siglos IV-VI)”, en Ramón Teja y Juan Santos Yanguas (coord.), El cristianismo: aspectos históricos de su origen y difusión en Hispania. Actas del Symposium de Vitoria-Gasteiz (25 a 27 de noviembre de 1996), Vitoria, Universidad del País Vasco, 2001, pp. 235-261.
5) Pero: ¿cuál será el procedimiento que resultó
a la larga más eficaz?: frente a la resistencia… cristianizar
los cultos (que es un elemento más que ilustra el carácter
de resistencia de estos cultos vistos desde la larga duración).
Consistió en situar símbolos cristianos en los antiguos
lugares, construir capillas sobre los lugares de emergencia de aguas
reputadas, y cambiar los antiguos dioses por los nuevos santos.
Bien estudiado y muy evidente en lugares sin culto termal claro: Santa
Marina de Aguas Santas (Orense), Santa Eulalia de Bóveda
(Lugo), San Juan Bautista de las Aguas Divinas (la Reana, Velilla
del río Carrión (Palencia –Fontes Tamarici). Pero entre el
elenco de lugares termales completamente seguros que repasamos encontramos
a San Juan de Baños de Bande, San Bartolomé en
Alange… Pero…
¿Esos santos serían muy diferentes a los viejos dioses?...
La crítica más directa la hacen los reformados, especialmente franceses, a la que denominan desviación católica….. al “paganismo” católico de estos santos…que dicen que son producto de la influencia del diablo (al modelo de Martín de Dumio), el papismo siendo una obra diabólica (Clelia Martínez Maza, “Los orígenes de la historiografía sobre paganismo tardoantiguo”, Mainake 31, 2009, pp. 197-207. / “El argumento de la tradición filopagana en la iglesia reformada francesa”, Revista de historiografía 3, 2005, pp. 42-47).
Pero para nuestros propósitos, estos santos sí podían tener que ver con el agua… eran concretos y funcionales como los viejos dioses paganos… Ha vuelto por tanto la concreción que reconoce la fuerza salutífera del propio manantial.E ilustran la resistencia...
6) Un ejemplo de estos cambios, pero también de estas resistencias
de los viejos lugares de emergencia de aguas curativas: el balneario
de Alicún de las Torres (Granada).
Las aguas surgen a 34º, con una fuerte mineralización y
un destacado caudal (80 l/s), y han llegado a formar a lo largo de los
milenios un impresionante acueducto natural que ha sido conservado y reparado
desde la época prehistórica por los diversos habitantes de
la zona. El poblamiento calcolítico ha sido bien estudiado. Comienza
(o termina) en Baños de Alicún un extenso territorio con
centenares de monumentos megalíticos (varios de ellos de gran tamaño
en el propio llano que domina el balneario). Hay poblamiento romano y uso
de las aguas aunque sin ninguna testificación votiva. La cristianización
previa a la islamización de la zona no nos es conocida, solo sabemos
que Juan de Dios Ayuda, Examen de las aguas medicinales de más nombre
que hay en las Andalucías, v.1. Contiene los Baños de Graena,
Alicún y Baza, Baeza, Agustín de Doblas, 1793, habla de las
ruinas de la ermita de San Juan Bautista, que domina la zona de
los surgientes termales, y que ha sido remodelada en varias ocasiones hasta
hoy.
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Y para terminar encontramos un nuevo simbolismo, que podríamos denominar postcristiano, que son los usos “new age” del manantial y sus aledaños, que otorgan al agua y a la fuerza telúrica de la zona unos poderes curativos y de transformación espiritual que aprecia una nueva generación de bañistas que estiman que las aguas son un regalo de la que algunos llaman Gaia usando el nombre griego de la Madre Tierra y se sienten hijos de ella en la misma medida que estiman que lo eran los pobladores prehistóricos de la zona, a los que reconocen una capacidad de situar sus megalitos en las zonas de máxima fuerza telúrica, siendo las surgencias del agua los lugares más poderosos.
Viejos cultos que se cree que se rememoran en el imaginario de las nuevas espiritualidades que pueblan nuestro mundo actual marcado por la multirreligiosidad en el que el cristianismo se estima una narración espiritual más… y que evidencian tanto la fenomenología de resistencia como la perdurabilidad de la que hablaba Blázquez hace casi 60 años.
.Francisco Díez de Velasco,Termalismo
y religión. La sacralización del agua termal en la Península
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