El proyecto de investigación Agua y Religión (CICYT, PB-93/570): presentación de objetivos y resultados
Copyright: Francisco DIEZ DE VELASCO en prensa en A. Chausa (ed.) Primer Congreso Internacional Canario-Africano: de la prehistoria a la Edad Media, La Laguna, 1999. 
PROYECTO AGUA Y RELIGIÓN. PUBLICACIONES


El primer Congreso Internacional Canario-Africano: de la prehistoria a la Edad Media que se llevó a cabo en la Universidad de La Laguna a finales de noviembre de 1994 sirvió de marco de presentación del Proyecto de Investigación titulado Agua y Religión. La sacralización del agua en la Península Ibérica y el Norte de África en el Mundo Antiguo que la Comisión Interministerial de Ciencia y Tecnología había comenzado a subvencionar el mes anterior. El grupo de investigación del proyecto, formado por Francisco Diez de Velasco en calidad de investigador principal y Antonio Chausa, Miguel Ángel Molinero Polo y José Delgado en calidad de investigadores, todos ellos profesores del área de Historia Antigua del Departamento de Prehistoria, Antropología e Historia Antigua de la Universidad de La Laguna (al que se adscribió el proyecto), comenzaba en aquel entonces a organizar el plan efectivo de investigación.
La comunicación que se presentó en 1994 era, por tanto, un esquema de las finalidades científicas del proyecto y de los objetivos que se proponían.
La demora en la publicación de las Actas de este Congreso han llevado a un insoslayable replanteamiento de lo en aquel entonces expuesto. El presente trabajo se ha redactado con posterioridad a la finalización del Proyecto de Investigación (en octubre de 1997) y a la presentación del informe final ante la CICYT (en marzo de 1998). El retraso en la publicación ha derivado finalmente en la oportunidad de ofrecer un repaso de los objetivos que los miembros de proyecto se plantearon en 1993 y de cómo se han materializado casi un lustro después en una serie de trabajos de investigación.

1) Los objetivos

El tema agua y religión no había sido tratado de modo monográfico para el ámbito al que se ceñía el estudio (ni de modo sistemático para cualquier ámbito del mundo antiguo); se trataba por tanto de emprender una investigación que requería un esfuerzo tanto de consulta de las fuentes documentales (procedimiento habitual en cualquier trabajo de historia) como de planteamiento de una metodología particularizada que permitiese ofrecer una investigación innovadora. Los estudios sobre el agua, priorizados en las convocatorias de proyectos de investigación, se estaban realizando desde los presupuestos de las ciencias de la materia(1); el proyecto Agua y religión intentaba ofrecer, además, un marco diferente en el que la perspectiva de las humanidades no resultara meramente un divertimento introductorio sino que conformase completamente los intereses del equipo de investigación(2).
El objetivo principal que se buscaba era ahondar en los mecanismos imaginarios de protección del medio ambiente que han ideado las sociedades tradicionales(3), tomando como ejemplo un ámbito poco estudiado tanto desde el punto de vista geográfico (África del Norte y la Península Ibérica) como temático (la sacralización del agua) pero que presentaba un volumen de documentación que sin resultar, en una primera aproximación, excesivo (a pesar de lo dilatado de la zona a estudio) parecía suficiente para generar conclusiones relevantes. Se buscaba, a la par discriminar las diferencias de sensibilidad religiosa frente al agua presentes en el ámbito a estudio (muy rico por la variedad de culturas y escalas de complejidad de las mismas, por ejemplo entre sociedades indoeuropeas y no indoeuropeas, sociedades estatales y pre-estatales, sistemas coloniales y colonizados) confeccionando la investigación desde una óptica específica (la que aporta el análisis histórico religioso gracias a la utilización del método comparativo(4), por una parte y la ecología de las religiones(5) por la otra).
La hipótesis directora del estudio era que la religión sirve de medio de racionalizar y minimizar el impacto antrópico sobre los recursos hídricos en una mentalidad que se constata en el extremo occidente y el norte de África hasta que cartagineses y romanos desacralizan (en parte) el agua, lo que les permite explotarla y manipularla con menos trabas. A partir de ese momento el culto al agua se relega a ámbitos específicos (las aguas termales, aguas sacralizadas ad hoc como en el ritual isiaco) y modifica sus funciones en el equilibrio hombre-medio.
El plan de trabajo inicial incluía la recopilación de fuentes y análisis de la documentación de los diversos grandes ámbitos geográficos y culturales en los que se puede dividir el territorio a estudio. Por una parte el Egipto antiguo poseía unos contornos definidos que parecían requerir un estudio autónomo(6), aunque desde el principio se planteó la hipótesis que la visión del agua en la religión egipcia hubiese podido permear la visión precolonial del agua de algunas poblaciones no egipcias del África del Norte.
El Norte de África resultaba también materia atónoma en las investigaciones al uso, con una metodología y una tipología de fuentes (y dificultades de acceso a las mismas) que caracterizaban una subdisciplina en cierto modo independiente(7). Otro tanto ocurría con la Península Ibérica, aunque el equipo de investigación era consciente de que las circuntancias históricas y políticas podían (y habían podido) resultar motivos de distorsión en un trabajo que se centraba en épocas en las que el ámbito africano y de la Península Ibérica resultaban mucho mas interdependientes(8).
De hecho cabía la posibilidad de que las diferencias más notables en la diversidad de la percepción religiosa del agua proviniesen del impacto o no de las civilizaciones coloniales (en particular púnicos y romanos). Como hipótesis quedaba la posibilidad de que las diferencias entre el territorio africano y la Península Ibérica no fueran tantas; desde luego tras la asunción del modelo ideológico romano provincial, pero incluso con anterioridad (aunque las fuentes disponibles entorpecían en gran medida cualquier intento de estudio).
Se ideó por tanto un plan de investigación que se basaba en la documentación disponible y los métodos usuales de encarar su estudio. Se requería utilizar los métodos y características de dos grandes disciplinas de los estudios sobre la antigüedad: la egiptología y los estudios clásicos. Se planteó un primer bloque dedicado a la recopilación de fuentes literarias, epigráficas y arqueológicas sobre el papel del agua en la religión egipcia antigua (en la cosmología, en el imaginario del más allá, en el culto). El segundo bloque encaraba ese mismo trabajo pero centrándose en el ámbito del mundo clásico. Los conocimientos sobre los ámbitos precoloniales quedaron, dadas las características de la documentación, muy supeditados a la visión intermediaria que ofrece el mundo clásico. La documentación colonial no clásica (en particular púnica o fenicia), aunque en teoría parecía que debía ser tenida en cuenta (especialmente en lo referente al ámbito norteafricano), dadas las características de las fuentes disponibles, resultó muy poco significativa.
En el plan original de trabajo la documentación revisada había de informatizarse creandose una base de datos que permitiese una consulta cruzada de toda la información disponible. A la par se planteó la digitalización de los documentos epigráficos de los que se contase con fotografías(9).

2) Los resultados

Los dos objetivos principales del proyecto de investigación se cumplieron, aunque en grados diferentes.
En lo referente al primero de ellos, el análisis de los mecanismos imaginarios de protección del medio ambiente (y específicamente el agua) en la zona y época a estudio, la investigación ha alcanzado los resultados más tangibles (en forma de publicaciones) por una parte en lo referente a la sacralización de las aguas termales con dos trabajos de F. Diez de Velasco, la monografía Termalismo y religión. La sacralización del agua termal en la Península Ibérica y el Norte de Africa en el mundo antiguo(10) (citada en adelante Termalismo), y la comunicación "Termalismo y religión: consideraciones generales"(11). Por otra parte y en lo relativo a la determinación de las aguas como principio cósmico, en el caso de Egipto se han desarrollado los trabajos de Miguel Ángel Molinero Polo ("La imagen del cosmos en los Textos de las Pirámides"(12) y "La cartografía egipcia del más allá en los libros funerarios del reino medio"(13)). La recopilación de fuentes (y elaboración de datos) referentes al papel del agua en la religión egipcia antigua, ha conllevado, además de los trabajos citados con anterioridad (centrados en el papel cósmico del agua en el pensamiento egipcio(14)) una serie de publicaciones de objetos en los que confluyen agua y religión (vasos y mesas de libación(15)). Por otra parte y en lo relativo a las aguas caracterizadas como inframundanas (en general y específicamente en el caso griego) se ha centrado el estudio de F. Diez de Velasco "El agua en el viaje de la muerte: identidad y memoria"(16).
En un nivel de publicación final de resultados menor se encuentra el análisis de los manantiales en el Africa romana(17) (exceptuadas las termales ya publicadas(18)); la recopilación de fuentes (y elaboración de datos) referentes al papel religioso del agua en el Africa romana ha llevado a la confección por A. Chausa de un catálogo exhaustivo de los emplazamientos con fuentes (no termales) en el Africa romana (su topografía y epigrafía).
En lo referente al segundo de los objetivos del proyecto, que buscaba avanzar en la determinación de las diferencias de sensibilidad religiosa frente al agua, se han desarrollado en forma de publicaciones ante todo los aspectos relativos a la diversidad entre los modelos céltico, indígena africano y romano(19). En lo referente al modelo indígena africano se ha ahondado en particular en la determinación del agua como límite imaginario en el extremo occidente africano (la geografía de la sacralización del agua en los trabajos de J. Delgado "Agua como límite imaginario: la morada de las Gorgonas"(20); "Geografía del mito de las Hespérides"(21), "La sacralización del agua marina: las islas de Juno y la navegación atlántica"(22) y "Hieron akroterion: viaje por la ruta de los dioses"(23)). La recopilación de fuentes (y elaboración de datos) referentes al papel religioso del agua entre las poblaciones indígenas y semitizadas del Norte de Africa ha ofrecido datos más relevantes en lo referente al primer grupo. Se ha desarrollado una línea de estudio relativa a la presencia en el material mítico antiguo de referencias al papel liminar del agua que parece presentar caracteres preclásicos. Por otra parte se ha estudiado la aparición de divinidades acuático-termales indígenas en emplazamientos ya de época romana (tanto en el Norte de Africa como en la Península Ibérica(24)). La labor de comparación de los datos en su conjunto se ha desarrollado de manera más acabada en la monografía Termalismo y la reflexión general suscitada por la coexistencia de modelos tendente a la mutación hacia en romano preside los intentos de definición del concepto de religión provincial avanzados en el artículo de F. Diez de Velasco "Religión provincial romana en la Península Ibérica: reflexiones teóricas y metodológicas"(25).
En lo relativo a la difusión de los resultados científicos y la proyección de los mismos, además de las publicaciones reseñadas, el investigador principal del proyecto ha actuado como presidente del comité científico y como miembro del consejo editorial que organizó y publicó el I Congreso Peninsular de Termalismo Antiguo, desarrollado en el balneario de Arnedillo (La Rioja, octubre de 1996) y que reunió a un centenar de investigadores de Portugal, Francia, Italia y España. En las actas del congreso(26) se incluyen, además de una comunicación antes reseñada, la "Introducción"(27) al bloque II (Religión y termalismo(28)) donde se presenta un estado de la cuestión y un repaso a las publicaciones principales sobre el tema y la "Crónica del congreso"(29). Se realizó también una presentación general de resultados para el caso africano (titulada "El agua y la religión en el Norte de África en el mundo antiguo: el ejemplo de los surgientes termales") en el curso VIª Semana Canaria sobre el mundo(30) por parte de F. Diez de Velasco que también redactó la entrada "La pátera de Otañes" para la exposición Hispania romana, desarrollada en Roma en 1997(31).
Un problema destacado en la investigación ha resultado derivar de la imposibilidad de desarrollar algunas comprobaciones por falta de interlocutores e instituciones en un ámbito africano que especialmente interesa a nuestro estudio (la riqueza de la documentación argelina es sin duda la más destacada). En general las diferencias en la calidad de la información para la zona del Magreb y la Península Ibérica han resultado muy notables, aunque, en cualquier caso, en el Proyecto no se contemplaba específicamente la actuación sobre el terreno puesto que hubiera requerido un equipo de investigación de otra dimensión y unos presupuestos de financiación y proyección institucional muy otros. En cualquier caso el siguiente nivel de investigación debiera conllevar la actuación directa, ya fuese por medio de prospecciones o incluso de excavaciones, aunque queda, hoy por hoy, entre los objetivos utópicos(32).
En resumen dados los objetivos realistas propuestos, los resultados del proyecto han sido satisfactorios. Las publicaciones generadas por el equipo han sido numerosas y diversas y siguen creciendo. Para ofrecerlas antes de que vean la luz en publicaciones en papel se ha habilitado una página web, puesta al día con regularidad, en el servidor institucional de la Universidad de La Laguna (en la dirección http://www.ull.es/proyectos/aguarel) a la que se remite a los lectores también para versiones actualizadas de este trabajo.

La Laguna, octubre de 1998.



NOTAS

1. Sirva de ejemplo el congreso "Clima y agua" (M.V. Marzol y otros, eds. Clima y agua. La gestión de un recurso climático, La Laguna, 1996) que se desarrolló en la Universidad de La Laguna mientras se llevaba a cabo nuestro proyecto de investigación.

2. En menor medida es lo que denota la publicación del Coloquio "El agua. Mitos, ritos y realidades" (J.A. González Alcantud/ A. Malpica, El agua. Mitos, ritos y realidades, Barcelona, 1995).

3. El término tradicional se entiende al modo en que aparece en F. Diez de Velasco. Introducción a la historia de las religiones. Hombres, ritos, Dioses. Madrid, ed. Trotta, 1998 (2ª ed.; 1ª ed. Madrid, 1995), pp. 93ss.

4. Tal como resulta habitual en la disciplina Historia de las Religiones, de entre una nutrida bibliografía pueden destacarse los trabajos de U. Bianchi (por ejemplo Saggi di metodologia della Storia delle Religioni, Roma 1978) o el reciente F. Boespflug/ F. Dunand, Le comparatisme en Histoire des Religions, Estrasburgo, 1997.

5. La ecología de las religiones parte de la sistematización de H. Steward, Theory of Cultural Change: The Methodology of Multilinear Evolution, Urbana, 1955 y ha sido desarrollada desde el punto de vista metodológico por ejemplo por A. Hultkranz "Ecology" ER 4, 581-585; "An Ecological Approach to Religion" Ethnos 31 (1966) 131-150; "Ecology of Religions: its Scope and Methodology" Review of Ethnology 4 (1974) 1-12) o en la sección 2B: Religio-ecological Approach (por A. Hultkranz/ S. Bjerke/ C.G. Oosthuizen) en Science of Religion: Studies in Methodology (L. Honko ed.), La Haya, 1979, 221-298; también R. Rappaport, Ecology, Meaning and Religion, Richmond, 1979, aunque resulta extremadamente reduccionista; en español se puede consultar B. Lincoln, Sacerdotes, guerreros y ganado: un estudio sobre ecología de las religiones, Madrid, 1991 (or. California, 1981).

6. Encargándose de este estudio Miguel Ángel Molinero Polo, dada su formación como egiptólogo.

7. Antonio Chausa ha dedicado sus investigaciones al ámbito norteafricano en época romana (destaca su monografía Veteranos en el África romana, Barcelona (Instrumenta, 3), 1997).

8. Como dejaba claro la investigación que realizaba en aquel entonces J. Delgado y que ha terminado materializándose en la tesis doctoral defendida en diciembre de 1997 titulada Elites y organización de la religión en las provincias romanas de la Bética y las Mauritanias (desde Augusto hasta Diocleciano): sacerdotes y sacerdocios ya publicada (J. Delgado, Elites y organización de la religión en las provincias romanas de la Bética y las Mauritanias: sacerdotes y sacerdocios, Oxford, BAR S724, 1998). El interés por aunar el mundo norteafricano y el de la Península Ibérica reconocía también las características del ámbito en el que se localiza la universidad en la que desarrolla su labor el equipo investigador. El ámbito canario presenta características muy particulares que aconsejan no emplear, sin las debidas precauciones, los conceptos, peridiozaciones y modelos de análisis que para ámbitos mediterráneos pueden resultar pertinentes (en lo relativo a la época antigua).

9. Las ilustraciones que aparecen en las publicaciones del proyecto son producto de esa digitalización.

10. Madrid, 1998, monografías de Ilu. Revista de Ciencias de las Religiones, 1, 1998, Servicio de Publicaciones, Universidad Complutense (ISSN 1138-4972, D.L. M.2374-1998), 180 págs, 44 ils.

11. En Termalismo Antiguo. I Congreso Peninsular. Actas (M.J. Peréx, ed.), Casa de Velazquez-UNED (ISBN 84-362-3603-3; D.L.M.39579-1997), 1997, págs. 95-103

12. Actas del III Congreso Peninsular de Historia Antigua, Vitoria, en prensa-1998.

13. Capítulo 9 de F. Diez de Velasco/M. Martínez/A. Tejera, Realidad y mito, Madrid, 1997 (Ediciones Clásicas, ISBN 84-7882-292-5; D.L. M-34306-1997) págs. 173-201.

14. A los que hay que añadir el capítulo XII de la tesis de M.A. Molinero Polo titulada Realeza y concepción del universo en los Textos de las pirámides (que trata sobre la imagen mítica del cielo como agua).

15.  M.A. Molinero Polo "Mesas de ofrenda (para libaciones)"y "Recipientes de fayenza (para libaciones)" Catálogo de la Colección Egipcia de la Real Academia de Historia de Córdoba (legado Blanco-Caro), Córdoba, CajaSur, en prensa, 1998.

16. En M. Martínez y otros (eds.) La cultura del viaje, Madrid, Ediciones Clásicas, en prensa, 1998.

17. Trabajo desarrollado por Antonio Chausa, en vías de elaboración en un formato diferente para su publicación.

18.Parte I y II de Termalismo.

19. En particular Termalismo cap. III,4 (págs. 142ss.).

20. En este mismo volumen.

21. M. Martínez (ed.) Historia mítica del archipiélago canario, La Laguna, Centro de la Cultura Popular Canaria, en prensa-1999.

22.  Presentado en la VIª Semana Canaria sobre el mundo antiguo: el mundo africano en la antigüedad y su relación con las Islas Canarias, La Laguna, 14-18 abril 1997, en prensa, 1999.

23. Trata sobre la sacralización de las aguas marinas por parte de los navegantes de la antigüedad, publicado en M Martínez (y otros, eds.), La cultura del viaje, Madrid, ediciones Clásicas-Universidad de La Laguna, 1998 (en prensa).

24.  En Termalismo, 146ss.

25.  Religión y magia en la antigüedad, Valencia, 1998, 25-54.

26. Termalismo Antiguo. I Congreso Peninsular. Actas (M.J.Peréx, ed.), Madrid, 1997, 579 págs.

27. Págs. 87-94.

28. Págs. 85-193, incluyendo una decena de comunicaciones.

29. Págs. 567-571. Firmada junto con M.J. Peréx.

30. Subtitulada "El mundo africano en la antigüedad y su relación con las Islas Canarias", curso desarrollado en la Universidad de La Laguna (14-18 abril 1997).

31. Entrada 286 del catálogo Palazzo delle esposizioni. Hispania romana (J. Arce/S. Ensoli/E. La Rocca, eds.) Milán-Venecia, 1997 (Electa ed., ISBN 88-435 6242-8).

32. No solo por la delicada situación del Magreb, sino también por la fragmentación de la gestión del patrimonio arqueológico en nuestro país que termina impidiendo cualquier trabajo de esta índole (que naufragaría en los mares de la burocracia).