1) Los objetivos
El tema agua y religión no había sido tratado de
modo monográfico para el ámbito al que se ceñía
el estudio (ni de modo sistemático para cualquier ámbito
del mundo antiguo); se trataba por tanto de emprender una investigación
que requería un esfuerzo tanto de consulta de las fuentes documentales
(procedimiento habitual en cualquier trabajo de historia) como de planteamiento
de una metodología particularizada que permitiese ofrecer una investigación
innovadora. Los estudios sobre el agua, priorizados en las convocatorias
de proyectos de investigación, se estaban realizando desde los presupuestos
de las ciencias de la materia(1); el proyecto
Agua y religión intentaba ofrecer, además, un marco
diferente en el que la perspectiva de las humanidades no resultara meramente
un divertimento introductorio sino que conformase completamente los intereses
del equipo de investigación(2).
El objetivo principal que se buscaba era
ahondar en los mecanismos imaginarios de protección del medio ambiente
que han ideado las sociedades tradicionales(3),
tomando como ejemplo un ámbito poco estudiado tanto desde el punto
de vista geográfico (África del Norte y la Península
Ibérica) como temático (la sacralización del agua)
pero que presentaba un volumen de documentación que sin resultar,
en una primera aproximación, excesivo (a pesar de lo dilatado de
la zona a estudio) parecía suficiente para generar conclusiones
relevantes. Se buscaba, a la par discriminar las diferencias de sensibilidad
religiosa frente al agua presentes en el ámbito a estudio (muy rico
por la variedad de culturas y escalas de complejidad de las mismas, por
ejemplo entre sociedades indoeuropeas y no indoeuropeas, sociedades estatales
y pre-estatales, sistemas coloniales y colonizados) confeccionando la investigación
desde una óptica específica (la que aporta el análisis
histórico religioso gracias a la utilización del método
comparativo(4), por una parte y la ecología
de las religiones(5) por la otra).
La hipótesis directora del estudio
era que la religión sirve de medio de racionalizar y minimizar el
impacto antrópico sobre los recursos hídricos en una mentalidad
que se constata en el extremo occidente y el norte de África hasta
que cartagineses y romanos desacralizan (en parte) el agua, lo que les
permite explotarla y manipularla con menos trabas. A partir de ese momento
el culto al agua se relega a ámbitos específicos (las aguas
termales, aguas sacralizadas ad hoc como en el ritual isiaco) y
modifica sus funciones en el equilibrio hombre-medio.
El plan de trabajo inicial incluía
la recopilación de fuentes y análisis de la documentación
de los diversos grandes ámbitos geográficos y culturales
en los que se puede dividir el territorio a estudio. Por una parte el Egipto
antiguo poseía unos contornos definidos que parecían requerir
un estudio autónomo(6), aunque desde
el principio se planteó la hipótesis que la visión
del agua en la religión egipcia hubiese podido permear la visión
precolonial del agua de algunas poblaciones no egipcias del África
del Norte.
El Norte de África resultaba también
materia atónoma en las investigaciones al uso, con una metodología
y una tipología de fuentes (y dificultades de acceso a las mismas)
que caracterizaban una subdisciplina en cierto modo independiente(7).
Otro tanto ocurría con la Península Ibérica, aunque
el equipo de investigación era consciente de que las circuntancias
históricas y políticas podían (y habían podido)
resultar motivos de distorsión en un trabajo que se centraba en
épocas en las que el ámbito africano y de la Península
Ibérica resultaban mucho mas interdependientes(8).
De hecho cabía la posibilidad de
que las diferencias más notables en la diversidad de la percepción
religiosa del agua proviniesen del impacto o no de las civilizaciones coloniales
(en particular púnicos y romanos). Como hipótesis quedaba
la posibilidad de que las diferencias entre el territorio africano y la
Península Ibérica no fueran tantas; desde luego tras la asunción
del modelo ideológico romano provincial, pero incluso con anterioridad
(aunque las fuentes disponibles entorpecían en gran medida cualquier
intento de estudio).
Se ideó por tanto un plan de investigación
que se basaba en la documentación disponible y los métodos
usuales de encarar su estudio. Se requería utilizar los métodos
y características de dos grandes disciplinas de los estudios sobre
la antigüedad: la egiptología y los estudios clásicos.
Se planteó un primer bloque dedicado a la recopilación de
fuentes literarias, epigráficas y arqueológicas sobre el
papel del agua en la religión egipcia antigua (en la cosmología,
en el imaginario del más allá, en el culto). El segundo bloque
encaraba ese mismo trabajo pero centrándose en el ámbito
del mundo clásico. Los conocimientos sobre los ámbitos precoloniales
quedaron, dadas las características de la documentación,
muy supeditados a la visión intermediaria que ofrece el mundo clásico.
La documentación colonial no clásica (en particular púnica
o fenicia), aunque en teoría parecía que debía ser
tenida en cuenta (especialmente en lo referente al ámbito norteafricano),
dadas las características de las fuentes disponibles, resultó
muy poco significativa.
En el plan original de trabajo la documentación
revisada había de informatizarse creandose una base de datos que
permitiese una consulta cruzada de toda la información disponible.
A la par se planteó la digitalización de los documentos epigráficos
de los que se contase con fotografías(9).
2) Los resultados
Los dos objetivos principales del proyecto
de investigación se cumplieron, aunque en grados diferentes.
En lo referente al primero de ellos, el
análisis de los mecanismos imaginarios de protección del
medio ambiente (y específicamente el agua) en la zona y época
a estudio, la investigación ha alcanzado los resultados más
tangibles (en forma de publicaciones) por una parte en lo referente a la
sacralización de las aguas termales con dos trabajos de F. Diez
de Velasco, la monografía Termalismo y religión. La sacralización
del agua termal en la Península Ibérica y el Norte de Africa
en el mundo antiguo(10) (citada en
adelante Termalismo), y la comunicación "Termalismo y religión:
consideraciones generales"(11). Por otra
parte y en lo relativo a la determinación de las aguas como principio
cósmico, en el caso de Egipto se han desarrollado los trabajos de
Miguel Ángel Molinero Polo ("La imagen del cosmos en los Textos
de las Pirámides"(12) y "La cartografía
egipcia del más allá en los libros funerarios del reino medio"(13)).
La recopilación de fuentes (y elaboración de datos) referentes
al papel del agua en la religión egipcia antigua, ha conllevado,
además de los trabajos citados con anterioridad (centrados en el
papel cósmico del agua en el pensamiento egipcio(14))
una serie de publicaciones de objetos en los que confluyen agua y religión
(vasos y mesas de libación(15)).
Por otra parte y en lo relativo a las aguas caracterizadas como inframundanas
(en general y específicamente en el caso griego) se ha centrado
el estudio de F. Diez de Velasco "El agua en el viaje de la muerte: identidad
y memoria"(16).
En un nivel de publicación final
de resultados menor se encuentra el análisis de los manantiales
en el Africa romana(17) (exceptuadas las
termales ya publicadas(18)); la recopilación
de fuentes (y elaboración de datos) referentes al papel religioso
del agua en el Africa romana ha llevado a la confección por A. Chausa
de un catálogo exhaustivo de los emplazamientos con fuentes (no
termales) en el Africa romana (su topografía y epigrafía).
En lo referente al segundo de los objetivos
del proyecto, que buscaba avanzar en la determinación de las diferencias
de sensibilidad religiosa frente al agua, se han desarrollado en forma
de publicaciones ante todo los aspectos relativos a la diversidad entre
los modelos céltico, indígena africano y romano(19).
En lo referente al modelo indígena africano se ha ahondado en particular
en la determinación del agua como límite imaginario en el
extremo occidente africano (la geografía de la sacralización
del agua en los trabajos de J. Delgado "Agua como límite imaginario:
la morada de las Gorgonas"(20); "Geografía
del mito de las Hespérides"(21),
"La sacralización del agua marina: las islas de Juno y la navegación
atlántica"(22) y "Hieron akroterion:
viaje por la ruta de los dioses"(23)).
La recopilación de fuentes (y elaboración de datos) referentes
al papel religioso del agua entre las poblaciones indígenas y semitizadas
del Norte de Africa ha ofrecido datos más relevantes en lo referente
al primer grupo. Se ha desarrollado una línea de estudio relativa
a la presencia en el material mítico antiguo de referencias al papel
liminar del agua que parece presentar caracteres preclásicos. Por
otra parte se ha estudiado la aparición de divinidades acuático-termales
indígenas en emplazamientos ya de época romana (tanto en
el Norte de Africa como en la Península Ibérica(24)).
La labor de comparación de los datos en su conjunto se ha desarrollado
de manera más acabada en la monografía Termalismo
y la reflexión general suscitada por la coexistencia de modelos
tendente a la mutación hacia en romano preside los intentos de definición
del concepto de religión provincial avanzados en el artículo
de F. Diez de Velasco "Religión provincial romana en la Península
Ibérica: reflexiones teóricas y metodológicas"(25).
En lo relativo a la difusión de
los resultados científicos y la proyección de los mismos,
además de las publicaciones reseñadas, el investigador principal
del proyecto ha actuado como presidente del comité científico
y como miembro del consejo editorial que organizó y publicó
el I Congreso Peninsular de Termalismo Antiguo, desarrollado en
el balneario de Arnedillo (La Rioja, octubre de 1996) y que reunió
a un centenar de investigadores de Portugal, Francia, Italia y España.
En las actas del congreso(26) se incluyen,
además de una comunicación antes reseñada, la "Introducción"(27)
al bloque II (Religión y termalismo(28))
donde se presenta un estado de la cuestión y un repaso a las publicaciones
principales sobre el tema y la "Crónica del congreso"(29).
Se realizó también una presentación general de resultados
para el caso africano (titulada "El agua y la religión en el Norte
de África en el mundo antiguo: el ejemplo de los surgientes termales")
en el curso VIª Semana Canaria sobre el mundo(30)
por parte de F. Diez de Velasco que también redactó la entrada
"La pátera de Otañes" para la exposición Hispania
romana, desarrollada en Roma en 1997(31).
Un problema destacado en la investigación
ha resultado derivar de la imposibilidad de desarrollar algunas comprobaciones
por falta de interlocutores e instituciones en un ámbito africano
que especialmente interesa a nuestro estudio (la riqueza de la documentación
argelina es sin duda la más destacada). En general las diferencias
en la calidad de la información para la zona del Magreb y la Península
Ibérica han resultado muy notables, aunque, en cualquier caso, en
el Proyecto no se contemplaba específicamente la actuación
sobre el terreno puesto que hubiera requerido un equipo de investigación
de otra dimensión y unos presupuestos de financiación y proyección
institucional muy otros. En cualquier caso el siguiente nivel de investigación
debiera conllevar la actuación directa, ya fuese por medio de prospecciones
o incluso de excavaciones, aunque queda, hoy por hoy, entre los objetivos
utópicos(32).
En resumen dados los objetivos realistas
propuestos, los resultados del proyecto han sido satisfactorios. Las publicaciones
generadas por el equipo han sido numerosas y diversas y siguen creciendo.
Para ofrecerlas antes de que vean la luz en publicaciones en papel se ha
habilitado una página web, puesta al día con regularidad,
en el servidor institucional de la Universidad de La Laguna (en la dirección
http://www.ull.es/proyectos/aguarel) a la que se remite a los lectores
también para versiones actualizadas de este trabajo.
La Laguna, octubre de 1998.
1. Sirva de ejemplo el congreso "Clima y agua" (M.V. Marzol y otros, eds. Clima y agua. La gestión de un recurso climático, La Laguna, 1996) que se desarrolló en la Universidad de La Laguna mientras se llevaba a cabo nuestro proyecto de investigación.
2. En menor medida es lo que denota la publicación del Coloquio "El agua. Mitos, ritos y realidades" (J.A. González Alcantud/ A. Malpica, El agua. Mitos, ritos y realidades, Barcelona, 1995).
3. El término tradicional se entiende al modo en que aparece en F. Diez de Velasco. Introducción a la historia de las religiones. Hombres, ritos, Dioses. Madrid, ed. Trotta, 1998 (2ª ed.; 1ª ed. Madrid, 1995), pp. 93ss.
4. Tal como resulta habitual en la disciplina Historia de las Religiones, de entre una nutrida bibliografía pueden destacarse los trabajos de U. Bianchi (por ejemplo Saggi di metodologia della Storia delle Religioni, Roma 1978) o el reciente F. Boespflug/ F. Dunand, Le comparatisme en Histoire des Religions, Estrasburgo, 1997.
5. La ecología de las religiones parte de la sistematización de H. Steward, Theory of Cultural Change: The Methodology of Multilinear Evolution, Urbana, 1955 y ha sido desarrollada desde el punto de vista metodológico por ejemplo por A. Hultkranz "Ecology" ER 4, 581-585; "An Ecological Approach to Religion" Ethnos 31 (1966) 131-150; "Ecology of Religions: its Scope and Methodology" Review of Ethnology 4 (1974) 1-12) o en la sección 2B: Religio-ecological Approach (por A. Hultkranz/ S. Bjerke/ C.G. Oosthuizen) en Science of Religion: Studies in Methodology (L. Honko ed.), La Haya, 1979, 221-298; también R. Rappaport, Ecology, Meaning and Religion, Richmond, 1979, aunque resulta extremadamente reduccionista; en español se puede consultar B. Lincoln, Sacerdotes, guerreros y ganado: un estudio sobre ecología de las religiones, Madrid, 1991 (or. California, 1981).
6. Encargándose de este estudio Miguel Ángel Molinero Polo, dada su formación como egiptólogo.
7. Antonio Chausa ha dedicado sus investigaciones al ámbito norteafricano en época romana (destaca su monografía Veteranos en el África romana, Barcelona (Instrumenta, 3), 1997).
8. Como dejaba claro la investigación que realizaba en aquel entonces J. Delgado y que ha terminado materializándose en la tesis doctoral defendida en diciembre de 1997 titulada Elites y organización de la religión en las provincias romanas de la Bética y las Mauritanias (desde Augusto hasta Diocleciano): sacerdotes y sacerdocios ya publicada (J. Delgado, Elites y organización de la religión en las provincias romanas de la Bética y las Mauritanias: sacerdotes y sacerdocios, Oxford, BAR S724, 1998). El interés por aunar el mundo norteafricano y el de la Península Ibérica reconocía también las características del ámbito en el que se localiza la universidad en la que desarrolla su labor el equipo investigador. El ámbito canario presenta características muy particulares que aconsejan no emplear, sin las debidas precauciones, los conceptos, peridiozaciones y modelos de análisis que para ámbitos mediterráneos pueden resultar pertinentes (en lo relativo a la época antigua).
9. Las ilustraciones que aparecen en las publicaciones del proyecto son producto de esa digitalización.
10. Madrid, 1998, monografías de Ilu. Revista de Ciencias de las Religiones, 1, 1998, Servicio de Publicaciones, Universidad Complutense (ISSN 1138-4972, D.L. M.2374-1998), 180 págs, 44 ils.
11. En Termalismo Antiguo. I Congreso Peninsular. Actas (M.J. Peréx, ed.), Casa de Velazquez-UNED (ISBN 84-362-3603-3; D.L.M.39579-1997), 1997, págs. 95-103
12. Actas del III Congreso Peninsular de Historia Antigua, Vitoria, en prensa-1998.
13. Capítulo 9 de F. Diez de Velasco/M. Martínez/A. Tejera, Realidad y mito, Madrid, 1997 (Ediciones Clásicas, ISBN 84-7882-292-5; D.L. M-34306-1997) págs. 173-201.
14. A los que hay que añadir el capítulo XII de la tesis de M.A. Molinero Polo titulada Realeza y concepción del universo en los Textos de las pirámides (que trata sobre la imagen mítica del cielo como agua).
15. M.A. Molinero Polo "Mesas de ofrenda (para libaciones)"y "Recipientes de fayenza (para libaciones)" Catálogo de la Colección Egipcia de la Real Academia de Historia de Córdoba (legado Blanco-Caro), Córdoba, CajaSur, en prensa, 1998.
16. En M. Martínez y otros (eds.) La cultura del viaje, Madrid, Ediciones Clásicas, en prensa, 1998.
17. Trabajo desarrollado por Antonio Chausa, en vías de elaboración en un formato diferente para su publicación.
18.Parte I y II de Termalismo.
19. En particular Termalismo cap. III,4 (págs. 142ss.).
21. M. Martínez (ed.) Historia mítica del archipiélago canario, La Laguna, Centro de la Cultura Popular Canaria, en prensa-1999.
22. Presentado en la VIª Semana Canaria sobre el mundo antiguo: el mundo africano en la antigüedad y su relación con las Islas Canarias, La Laguna, 14-18 abril 1997, en prensa, 1999.
23. Trata sobre la sacralización de las aguas marinas por parte de los navegantes de la antigüedad, publicado en M Martínez (y otros, eds.), La cultura del viaje, Madrid, ediciones Clásicas-Universidad de La Laguna, 1998 (en prensa).
25. Religión y magia en la antigüedad, Valencia, 1998, 25-54.
26. Termalismo Antiguo. I Congreso Peninsular. Actas (M.J.Peréx, ed.), Madrid, 1997, 579 págs.
28. Págs. 85-193, incluyendo una decena de comunicaciones.
29. Págs. 567-571. Firmada junto con M.J. Peréx.
30. Subtitulada "El mundo africano en la antigüedad y su relación con las Islas Canarias", curso desarrollado en la Universidad de La Laguna (14-18 abril 1997).
31. Entrada 286 del catálogo Palazzo delle esposizioni. Hispania romana (J. Arce/S. Ensoli/E. La Rocca, eds.) Milán-Venecia, 1997 (Electa ed., ISBN 88-435 6242-8).
32. No solo por la delicada situación del Magreb, sino también por la fragmentación de la gestión del patrimonio arqueológico en nuestro país que termina impidiendo cualquier trabajo de esta índole (que naufragaría en los mares de la burocracia).