EDIPO
Nazareth Martín Pérez
I. Introducción
El mito de Edipo está recogido en numerosas fuentes literarias antiguas, las cuales se recogen en la presente exposición y que son fundamentales para poder captar la simbología plasmada en las fuentes iconográficas griegas. Por ello, se recogen las fuentes literarias de diferentes autores como son Apolodoro, Hesiodo, Higinio, Pausanias o Píndaro, y obras como la Ilíada y la Odisea; ya que el objetivo principal es evidenciar la importancia de las fuentes iconográficas y para extraer la mayor riqueza simbólica se debe complementar con las fuentes de carácter literario.
A través de las mencionadas fuentes, se pretende dar a conocer el mito de Edipo, y cómo éste formaba parte de la simbología y del imaginario colectivo a través en gran medida por la forma en la que se representaba en la cerámica griega.
II. El mito
2.1. Nacimiento e infancia
Edipo pertenece a la raza de Cadmo, ya que su bisabuelo, Polidoro, es hijo de Cadmo; su abuelo es Lábdaco y cuyo padre es Layo. Dichos antepasados por parte paterna de Edipo reinaron en Tebas. Por otro lado, respecto a la madre de Edipo, Yocasta (en los trágicos) o Epicaste (Odisea), representa un papel de vital importancia en el mito, quizás lo mas destacable es que su nombre sufre variaciones en las diferentes obras literarias, hecho del que ya se hacen eco algunos autores como Apolodoro; la cual es hija de Meneceo (Μενοικεύς) y hermana de Creonte (algunas de las versiones recogen que fue regente de Tebas tras la muerte de Layo).
De la unión de Layo (rey de Tebas) y Yocasta, nace Edipo sobre el cual el oráculo había anunciado una profecía según la cual estaba destinado a asesinar a su padre Layo. Es por ello, por lo que Layo, en un intento de que la profecía emitida por el oráculo no se cumpliera, decide deshacerse del niño, al cual con anterioridad le había perforado los tobillos para atarlos con una correa. La hinchazón producida por esta herida le valió al niño con posterioridad el nombre de Edipo que significa "el de pies hinchados".
Asimismo contamos con diferentes versiones sobre el episodio del abandono del niño. Hay una versión en la que se cuenta que el recién nacido fue metido en una canasta y arrojado al mar y otra en la que se narra que fue abandonado por Layo en el monte Citerón, cerca de Tebas. En la primera versión mencionada el lugar de exposición en el mar se ubicaría en la costa septentrional del Peloponeso en Corinto y sería encontrado por Peribea, esposa de Pólibo rey de Corinto, quien lo recogió y lo crió; mientras que en la segunda versión, el niño habría sido colocado en una vasija que recogieron unos pastores corintios y entrearon a su rey sabiendo que éste no podía tener descendencia y que lo deseaba. En cualquier caso, las diferentes versiones coinciden en quienes educaron a Edipo como hijo propio, fueron Pólibo y su esposa Peribea, siendo ésta quien le pondría el nombre de Edipo por sus pies hinchados.
APOLODORO
A la muerte de Anfión ocupó el trono Layo, que se casó con una hija de Meneceo, a la que unos llaman Yocasta y otros Epicasta. El oráculo le había advertido que no tuviera descendencia, pues su hijo habría de ser parricida; a pesar de esto él, embriagado, yació con su mujer. Cuando nació el niño, después de perforarle los tobillos con punzones, lo entregó a un pastor para que lo expusiera. Éste abandonó al niño en el Citerón, donde lo encontraron unos goyero de Polibo, rey de Corinto, y se lo llevaron a Peribea, su mujer. Ella lo tomó a su cargo haciéndolo pasar por hijos suyo, y después de curarle los tobillos, lo llamó Edipo ("el de pies hinchados") a causa de sus pies hinchados. (Bibl., III, 5 s. Traducción de Margarita Rodríguez de Sepúlveda, Editorial Gredos, Madrid, 1985).
HIGINO
"Una respuesta del oráculo de Apolo advirtió a Layo, hijo de Lábdaco, que se guardara de morir a manos de su hijo. Así pues, cuando su esposa Yocasta, hija de Meneceo, dio a luz, ordenó que el niño fuese expuesto. Cuando Peribea, esposa del rey Pólibo, lavaba su ropa junto al mar, recogió al niño abandonado. Con el consentimiento de Pólibo, puesto que no tenían hijos, lo criaron como suyo, y como tenía los pies perforados, lo llamaron Edipo." (Fábulas 66; traducción de Santiago Rubio Fernaz, BCG).
2.2. Regreso de Edipo a Tebas
Edipo pasó toda su infancia y adolescencia en la corte de Pólibo, de quien creía ser hijo; pero en su juventud, abandonó a sus padres adoptivos, por motivos que varían según los autores. Por el motivo que fuere, Edipo terminó encontrándose de camino a Delfos con Layo en un lugar en el que también difieren los autores pero en todo caso en una encrucijada. Cuando el acompañante de Layo, Polifontes, tras ordenar a Edipo que dejase libre el camino al rey, y éste no reaccionar con ligereza, profirió muerte a uno de los caballos de Edipo. Éste, enfurecido asesinó a Layo, quedando así cumplido el oráculo.
APOLODORO
"Cuando el muchacho creció, como aventajara en fuerza a sus compañeros, por envidia lo tildaron de espurio. Edipo interrogó a Peribea y, al no quedar satisfecho, fue a Delfos a preguntar por sus verdaderos padres. El dios le dijo que no regresara a su patria, pues de lo contrario habría de matar a su padre y yacer con su madre. Al oír esto Edipo, creyendo ser hijo de quienes se decían sus padres, se alejó de Corinto; cuando en su carro atravesaba Fócide, en un camino estrecho se encontró con Layo que iba también en un carro. Polifontes, palafranera de Layo, le ordenó dejar libre el camino y, ante su desobediencia y dilación, mató a uno de sus caballos. Edipo, indignado dio muerte a Polifontes y a Layo, y se dirigió a Tebas. Layo fue sepultado por Damasístrato, rey de Platea y Creonte, hijo de Meneceo, ocupó el trono. (Bibl., III, 5 s. Traducción de Margarita Rodríguez de Sepúlveda, Editorial Gredos, Madrid, 1985.)
HIGINO
"Después que Edipo, hijo de Layo y de Yocasta, alcanzó la edad viril, sobresalía entre los demás por su fortaleza y sus compañeros, por envidia, le echaron en cara que era hijo adoptivo de Pólibo, puesto que Pólibo era tan pacífico y él tan audaz. Edipo se dio cuenta que no era increpado en falso. Así pues, se dirigió a Delfos para informarse sobre sus padres. Entretanto los prodigios revelan (a Layo) que le acecha la muerte de parte de su hijo. Al encaminarse éste a Delfos, Edipo se encontró con él, y cuando los servidores le ordenaron ceder el paso al rey, no hizo caso. El rey soltó las riendas a sus caballos y le aplastó un pie con una rueda. Edipo, irritado, lo arrastró fuera del carro y mató a su padre sin saberlo....." (Fábulas 67 traducción de Santiago Rubio Fernaz, BCG, Madrid, 1997).
PAUSANIAS
"En qué lugar del Citerón sucedió la desgracia a Penteo, hijo de Equión, o en dónde se expusieron a Edipo cuando nació, nadie lo sabe, como conocemos, por ejemplo, el camino Esquiste (“encrucijada”) a la Fócide, en el que Edipo mató a su padre." (Descripción de Grecia, IX, 2, 4 traducción de María Cruz Herrero Ingelmo, Editorial Gredos, Madrid, 1994).
PAUSANIAS
"Avanzando desde allí por el camino, llegas al llamado Esquiste. En este camino cometió Edipo el asesinato de su padre, y había de quedar por toda Grecia el recuerdo de las desgracias de Edipo. Cuando nació, le perforaron los tobillos con aguijones y lo expusieron en Platea, en el monte Citerón. La región de Corinto que está junto al Ismo lo crió. La región de la Fócide y el camino Esquiste recibieron la mancha del asesinato de su padre. Los tebanos tenían aún fama por el matrimonio de Edipo y la injusticia de Eteocles. El camino Equiste y el crimen cometido en él fueron para Edipo el comienzo de todos sus males, y los sepulcros de Layo y el criado que lo acompañaba están todavía allí justo en el centro de la encrucijada, y sobre ellos han sino amontonadas piedras escogidas. Dicen que Damasístrato, rey de Platea, se encontró con los cadáveres que estaban tendidos y los enterró." (Descripción de Grecia, X, 5,3,s. traducción de María Cruz Herrero Ingelmo, Editorial Gredos, Madrid, 1994).
PÍNDARO
"Así, la Parca, la que guarda esa ascentral ventura del linaje, con la dicha divina, retrocediendo, trajo también sus horas de infortunio desde que el hijo, guiado por los hados, dio muerte a Layo, en un encuentro, y la profecía que en Pitio formulara aquel antiguo oráculo fue así cumplido." (Olímpicas, II, 39.s. Traducción de Francisco de P. Samarach, Ed. Aguilar, Madrid, 1973.)
2.3. Edipo y la Esfinge
Al llegar a Tebas, Edipo se encontró con la Esfinge. Era un monstruo mitad león y mitad mujer, que planteaba enigmas a los viajeros y devoraba a los que no sabían resolverlos. Edipo sabría la respuesta, la cual dijo a la Esfinge y ésta se precipitó desde lo alto de la roca en que se posaba y en otras versiones sería Edipo quien la arrojaría al abismo.
Otra de las versiones, narra como todos los días los tebanos se reunían en la plaza de la ciudad para tratar de resolver el acertijo en común, pero no lo conseguían; y cada día al término de la reunión, la Esfinge devoraba a uno de los habitantes. Al matar a la Esfinge y librar del monstruo a los tebanos, Edipo se ganó el favor de toda la ciudad. Para demostrar su agradecimiento en matrimonio la viuda de Layo y lo elevaron al trono. Otras veces se admite que Creonte, hermano de Yocasta, se había hecho cargo del poder, en calidad de regente, a la muerte de Layo, y que espontáneamente lo transfirió a Edipo en recompensa por haber vengado la muerte de su hijo.
APOLODORO
".... Durante su reinado (se refiere a la regencia de Creonte) una gran calamidad cayó sobre Tebas, pues Hera envió a la Esfinge, hija de Equidea y Tifón; tenía rostro de mujer, pecho y patas y cola de león, y alas de pájaro. Había aprendido de las Musas un enigma, y situada en el monte de Ficio se lo planteaba a los tebanos. El enigma era éste: ¿qué ser previsto de voz es de cuatro patas, de dos y de tres? Según un oráculo, los tebanos se librarían de la Esfinge cuando resolvieran el enigma; por ello a menudo se reunían tratando de hallar la respuesta, y como no la encontraban, la Esfinge se apoderaba de uno de ellos y la engullía. Habían perecido ya mucho, y el último Hemón, hijo de Creonte. Cuando éste pregonó que otorgaría el reino y la esposa de Layo a quien descifrase el enigma, Edipo, habiéndolo oído, encontró la solución y dijo que el enigma propuesto por la Esfinge se refería al hombre, que de niño es cuadrúpedo pues anda a gatas, es bípedo en la madurez y en la vejez usa como tercer sostén el bastón. Entonces la Esfinge se arrojó desde la acrópolis,...." (Bibl., III, 5 s. Traducción de Margarita Rodríguez de Sepúlveda, Editorial Gredos, Madrid, 1985.)
HIGINO
"Muerto Layo, Creonte, hijo de Meneceo, ocupó el trono. Mientras, la Esfinge, hija de Tifón, fue enviada a Boecia y devastaba los campos de los tebanos. Ella impuso una prueba al rey Creonte; dijo que se marcharía de allí si alguien interpretaba el enigma que iba a proponer, pero si, por el contrario, no resolviese el enigma establecido, lo mataría y de ningún modo saldría de sus tierras...." (Fábulas 67 traducción de Santiago Rubio Fernaz, BCG).
Ánfora de figuras negras, Luzern, Market, Ars Antiqua XXXX24052; BADN 24052; 540 a.e.
Escifo de figuras negras (del pintor de Haimon), Leiden, Rijksmuseum van Oudheden I93.1.5; BADN 767; 490 a.e.
Pélice de figuras rojas (del pintor de Syleus), Paris, Musee du Louvre G228; BADN 202517; 490 a.e.
Lécito de figuras negras (del pintor de Emporion), Zurich University 2494; BADN 1519; 480 a.e.
Lécito de figuras negras (del pintor de Haimon), Frankfurt, Liebieghaus 530; BADN 5145; 480-470 a.e.
Crátera de figuras rojas, Lecce, Mus. Prov. Sigismaondo Castromediano 610; BADN 6207, de Ginosa, Italia; 470 a.e.
Copa de figuras rojas (del pintor de Edipo), Vaticano, Museo Gregoriano Etrusco Vaticano 15541; BADN 205372, de Etruria, Vulci; 470-460 a.e.
Copa de figuras rojas (del pintor de Veii, Gotha, Schlossmuseum 80; BADN 21961; 470 a.e.
Pélice de figuras rojas (del pintor de Hermonax), Viena, Kunsthistorisches Museum 3728; BADN 205407, de Etruria, Cervetri; 460 a.e.
Lécito de figuras rojas (del pintor de Lupoli), Taranto, Museo Archeologico Nazionale 4566; BADN 209198, de Taranto, Italia; 460 a.e.
Ánfora de cuello (del pintor de Polygnotos), Oxford, Ashmolean Museum 1920.59; BADN 213748, de Nola, Italia; 450 a.e.
Ánfora de figuras rojas (del pintor de Polygnotos), Paris, Musee du Louvre G 534; BADN 213760; 450 a.e.
Ánfora de cuello de figuras rojas (del pintor de Polygnotos), Munich, Antikensammlungen J249; BADN 213808, de Italia; 450 a.e.
Ánfora de cuello de figuras rojas (del pintor de Aquiles), Munich, Antikensammlungen SL474; BADN 213848; 450 a.e.
Pélice de figuras rojas (pintor de Aquiles), Berlin, Schloss Charlottenburg F2355; BADN 213870; 450 a.e.
Lécito de figuras rojas (del pintor de Aquiles), Melbourne, National Gallery of Victoria D394.1980; BADN 213911; 440 a.e.
Ánfora de cuello de figuras rojas, Oxford, Ashmolean Museum 526A; BADN 214399; 450 a.e.
Estamno de figuras rojas, Paris, Musee du Louvre G417; BADN 214483; 450 a.e.
Lécito de figuras rojas (del pintor de Aquiles), Nicosia, Cyprus Museum C6294, de Chipre; BDAN 275429, 450 a.e.
Cántaro de figuras rojas (del pintor de Marlay), London, British Museum E156; BADN 216268; 440 a.
Lécito de figuras rojas (del pintor de Meidas), London, British Museum E696; BADN 220603, de Chipre; 425 a.e.
Pélice de figuras rojas (del pintor de Pasithea), Ginebra, Musee D'Art et D`Histoire 4793 (20); BADN 14814; 400 a.e.
2.4. Edipo rey de Tebas, destierro y muerte.
Así, Edipo fue nombrado rey y se casó con la viuda de Layo, Yocasta, su verdadera madre con la cual tuvo cuatro hijos; Eteocles, Polínice, Antígona e Ismene. Aunque otra tradición menciona que los hijos no fueron de Yocasta, sino de Euriganía (Apolodoro). En un determinado momento del mito, las cicatrices de las de sus tobillos revelan su identidad a Yocasta.
Sobre cómo sucede esta parte del mito sobre Edipo existen además diferentes composiciones literarias, la de Sófocles quien construye su tragedia de Edipo Rey en base a cómo los protagonistas del mito se dan cuenta de quienes son en realidad en la que Yocasta se suicida y Edipo se perfora los ojos con el prendedor de Yocasta; en la obra de Eurípides se le da un mayor protagonismo a Creonte el cual conjura contra Edipo por considerarlo un usurpador aunque el final de Yocasta es el mismo. En la versión épica de la leyenda de Edipo, la muerte de Yocasta no interrumpe el reinado de Edipo, ya que éste sigue en el trono hasta que muere en una guerra. Pero en los trágicos, Edipo, víctima de sus propias palabras respecto al castigo que recibiría el asesino de Layo fue desterrado de la ciudad y lo acompaña su hija Antígona, pues sus dos hijos se han negado a intervenir en su favor; Edipo llega al Ática, a la población de Colono donde muere.
APOLODORO
".....Más tarde, al descubrirse el secreto, Yocasta se ahorcó; Edipo se arrancó los ojos y, desterrada de Tebas, maldijo a sus hijos que presenciaban su expulsión sin defenderlo. Con Antígona llegó a Colono, en el Ática, donde está el recito sagrado de las Euménides se sentó allí como suplicante y, acogido por Tuso murió poco después." (Bibl., III, 5 s. Traducción de Margarita Rodríguez de Sepúlveda, Editorial Gredos, Madrid, 1985.)
HESIODO
"El cual en otro tiempo a Tebas fue cuando cayó Edipo, porque dice que murió en Tebas siendo rey, no como los autores más recientes. (Obras y fragmentos, frg. 192, traducción de Aurelio Pérez Jiménez y Alfonso Martínez Diez, Editorial Gredos, Madrid, 1978.)
"Vino luego la madre de Edipo, la bella Epicasta, que una gran impiedad cometió sin saberlo ella misma, pues casó con Edipo, su hijo. Tomóla él de esposa tras haber dado paso a su padre y los dioses lo hicieron a las gentes saber. Él en Tebas, rigiendo a los cadmios, en dolores penó por infaustos designios divinos y ella fuese a las casas de Hades de sólidos cierres, que, rendida de angustia, se ahorcó suspendiendo una cuerda de la más alta viga. Al morir le dejó nuevos duelos, cuantos suelen traer a los hombres las furias maternas." (Odisea, XI, 271, s. traducción de José Manuel Pabón, Editorial Gredos, Barcelona, 1995).
III. Bibliografía
LIMC: Lexicon Iconographicum Mythologiae Classicae. Zúrich-Múnich. 1981.
GRIMAL, P: Diccionario de la mitología griega y romana. Paidós. Barcelona, 1981.Ilíada y Odisea. Biblioteca Clásica Gredos.
Fuentes literarias
APOLODORO. Traducción de Margarita Rodríguez de Sepúlveda, Editorial Gredos, Madrid, 1985.
HESIODO,Obras y fragmentos. Traducción de Aurelio Pérez Jiménez y Alfonso Martínez Diez, Editorial Gredos, Madrid, 1978.
HIGINO, Fábulas. Traducción de Santiago Rubio Fernaz, Ed. Clásicas, Madrid, 1997.
HOMERO,Odisea. Clásicos de Grecia y Roma, Editorial Gredos, Barcelona, 1995.
PAUSANIAS, Descripción de Grecia. Traducción de María Cruz Herrero Ingelmo, Editorial Gredos, Madrid, 1994.
PÍNDARO, Olímpicas. Traducción de Francisco de P. Samarach, Ed. Aguilar, Madrid, 1973.
Recursos electrónicos
-Archivo Beazley: http://www.beazley.ox.ac.uk/xdb/ASP/default.asp
-Mapa: http://raquelhipatia.files.wordpress.com/2011/12/mapa-de-grecia.jpg