MOOC RELIGIONES EN ESPAÑA
Material preparado por Francisco DIEZ DE VELASCO
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Las fotografías y los textos han sido realizados por el autor, 
que pertenece al grupo de investigación HISTOREL de la 
UNIVERSIDAD DE LA LAGUNA

EL ENIGMA DEL ANTICLERICALISMO ESPAÑOL

Lo mismo que el antijudaísmo o la islamofobia resultan en última instancia enigmas, el anticlericalismo español también resulta un fenómeno enigmático y persistente. La quema de iglesias, el anticatolicismo, el asesinato de párrocos, sacerdotes, monjes y monjas no es un asunto que solamente caracterizase la época de la Guerra Civil, aunque en cierta construcción de la memoria quede resaltado por su tremendo volumen. Podemos detectar un profundo anticatolicismo entre los moriscos como expone Julio Caro Baroja.

Liberalismo español y destrucción del patrimonio católico.
Iglesias demolidas (y luego renombradas...)... ejemplo del Buen Suceso en Madrid...


Arriba: Excavación de los cimientos de la iglesia del Buen Suceso que se encontraba en la zona este de la Puerta del Sol de Madrid
que se demolió e mediados del siglo XIX y se ha recuperado durante las obras de la estación de cercanías de Sol /
Abajo: Madrid, actual iglesia del Buen Suceso en la calle de la Princesa

CAlles sin iglesias: ejemplo Gran Vía, que solo incluye la entrada secundaria y remodelada del Oratorio del Caballero de Gracia que tiene su entrada principal a espaldas del nuevo eje de la capital.
 
 


Vista de la Gran Vía de Madrid desde la calle de Alcalá, se trata de una calle diseñada sin iglesias


Vista de la zona de la Gran Vía madrileña donde destaca la cruz de la parte trasera del Oratorio del Caballero de Gracia


Acceso principal al Oratorio del Caballero de Gracia, Madrid
La ciudad burguesa se construía desde los nuevos templos que son hasta hoy los bancos pero también los teatros y salas de espectáculos, con sus filas de sillones allá donde en las iglesias se situaban las hileras de bancos para los fieles.
Algunas placas recuerdan lo que fue, como la que aparece a comienzos de la calle Mayor en el lugar en el que estuvo la iglesia de la Almudena, la más antigua de Madrid, cerca de donde se erige la catedral que dice ser su sucesora.

Placa que recuerda el lugar, en la calle Mayor de Madrid, donde hasta 1868 se levantó la iglesia de la Almudena

Edificios redefinidos en su empleo que ha sido práctica no inusual hasta la actualidad, cuando las antiguas iglesias o conventos se convierten en espacios de uso cultural o incluso lúdico, convertidas en restaurantes o antiguas capillas en las que los licores toman el lugar de las imágenes.


Ermita de San Miguel, en La Laguna, Tenerife, la más antigua de la ciudad y convertida en sala de exposiciones



Toledo, centro de arte de Toledo, antigua parroquia de San Vicente convertida en centro de exposiciones, una de
las capillas ha sido convertida en bar donde junto a los arcos góticos se levantan hileras de licores

Desamortizaciones (la más profunda, la de Madoz en 1855).
Desaparición del clero regular (monjes y monjas): más de cien mil miembros antes de 1800 a cien veces menos sesenta años más tarde, aunque posteriormente se fueron recuperando.
Mantenimiento del clero secular (párrocos y sacerdotes), en el entorno de los 30-35.000 (casi el doble de los actuales).

DOS FENÓMENOS:
 -anticatolicismo, la posición contraria a la religión católica, que aunque no fuese excepcional, no era tampoco asunto de masas
 -anticlericalismo, el odio al clero, ya sea regular (a los monjes) o secular (a los curas), que sí que era común.

Muchos colectivos se entremezclaban en el entorno de ambos parámetros, liberales resentidos con la apuesta carlista de la mayoría de la Iglesia, masones contra los que parte del clero clamaba como enemigos a abatir y alentaba un odio que jugaba a convertir su discreción en conspiración y a hacer de las logias unos lugares infernales que cuando se nos visibilizan resultan simplemente espectaculares espacios simbólicos.


Recreación de la logia masónica Añaza de Santa Cruz de Tenerife en la sala de exposiciones del ex-convento de Santo Domingo de La Laguna transformado en centro cultural


Crece el anticlericalismo tras la caída de Isabel II....
CASO EXCEPCIONAL: Barcelona, verano de 1909: Semana Trágica se quemaron 80 edificios religiosos católicos, se hacía real la frase atribuida al príncipe Kropotkin y que el dirigente anarquista español Buenaventura Durruti reivindicaba en las quemas de iglesias de la siguiente generación y tantos otros posteriormente han utilizado en pintadas y carteles de que “La única iglesia que ilumina es la que arde”.



Lema kropotkiniano en un cartel y el la pared de la catedral de Granada

Otros momentos de la violencia anticlerical y anticatólica:
    - 1931
    - 1934
    -1936, violencia homocida: cerca del 90% de los sacerdotes de la diócesis de Barbastro, más del 60% en Lérida y Tortosa, cerca de la mitad en Toledo, Segorbe, Málaga o Menorca, trece obispos, más de 5.000 religiosos, miles y miles de iglesias, conventos, ermitas y lugares de culto católico (superando los 15.000) destruidos o dañados.

Todavía en la actualidad podemos hacernos una idea de lo que fue con una visita, por ejemplo,  a la descarnada Santa María del Mar de Barcelona de capillas vacías y techos aún chamuscados.



Santa María del Mar en Barcelona, todavía se aprecian restos de hollín en las techumbres góticas
y los restos quemados de una pintura con representación de la Virgen que se exponen en un lateral de la iglesia

Fotos de la exposición que se visita en la propia iglesia se Santa María del Mar donde se evidencia el nivel de destrucción en el templo.
El texto resulta muy interesante ya que no expone ninguna circunstancia explicativa de lo ocurrido, simplemente dice:
"1936, 3 y 4 de agosto, incendio intencionado que destruyó el altar mayor barroco, el órgano y
prácticamente todo el mobiliario y ocasionó daños en algunos arcos y pilares"

La memoria posterior, tras la victoria nacionalcatólica, pobló las iglesias de recordatorios, de listas de caídos con José Antonio Primo de Rivera el primero y con los sacerdotes muertos como hito de memoria.


Catedral de Granada. Recordatorio de los sacerdotes "inmolados por el marxismo"

Con placas marcando los impactos de las bombas cuando no pudieron ser teas, como en El Pilar de Zaragoza, y en los últimos años por medio de las multitudinarias beatificaciones y canonizaciones de los mártires de la Guerra Civil.


Basílica del Pilar de Zaragoza, bombas lanzadas el 3 de agosto de 1936 que no estallaron

Exterior de la basílica del Pilar de Zaragoza, lugar donde cayó una de las bombas lanzadas el 3 de agosto de 1936 que no estallaron
Emisión postal de 1940 dedicada al XIX centenario de la venida de la Virgen del Pilar a Zaragoza, sello de 25 céntimos
en el que se representa el bombardeo fallido sobre la basílica del 3 de agosto de 1936

Pero lo más complicado quizá para nosotros sea intentar figurarnos la (in)sensibilidad general de la población de las ciudades que veían como ocurría todo aquello, como fusilaban a sus vecinos sin más, por el hecho de haber ido a misa con asiduidad, de pertenecer a organizaciones católicas de obreros, por haberse acercado demasiado a esos apestados que eran los curas, como en la Alemania del momento lo eran los judíos, en una normalidad donde germinaba el horror y el silencio era sinónimo de un día más de vida tranquila. Época en las que las medias tintas no eran posibles, nada de sangre tibia, por ninguno de los lados, había que escoger sin titubeos. El arzobispo de Tarragona, el cardenal Francisco Vidal y Barraquer, que se negó a firmar la "Carta colectiva de los obispos españoles a los obispos de todo el mundo con motivo de la guerra en España” que promovió el cardenal Isidro Gomá en 1937 en la que se justificaba el apoyo a Franco contra la República, se convirtió en un apestado tras la victoria franquista y no pudo volver a su diócesis teniendo que exiliarse, simplemente porque, como le ocurrió a parte del clero vasco, también represaliado por el franquismo, no veían en la República en sí misma un mal sistema político, aunque no pudiesen dejar de evidenciar la locura homicida anticatólica (que estuvo a punto de costarle la vida al propio Vidal en Barcelona).
Semillas de odio que llevaron a muchos católicos a renunciar a un sistema político que quizá no les disgustase pero que no había sabido comprender qué era la libertad religiosa, no había sabido poner los medios para materializar que la libertad de cultos que debía amparar la legislación significaba protegerla con los mecanismos coercitivos en manos del Estado. Pero nos resulta evidentemente muy sencillo hoy en día juzgar hacia atrás, desde la fortaleza que produce conocer lo que ocurrió después. Aunque en el mundo violento y radical del auge de los totalitarismos, donde la fuerza de la voluntad podía imaginar que era posible transformar la historia y erradicar las creencias contrarias, y sin vías intermedias, las iglesias quemadas o las iglesias llenas, anticatolicismo o nacionalcatolicismo parece que eran las únicas vías posibles, anuladas las sendas intermedias entre esas "dos españas".
¿Sería un asunto solo del pasado?. En nuestro presente las pintadas pueden servir de ejemplo. Pero hay que evidenciar que las más comunes no tienen al catolicismo como diana, sino parecen preferir otros enemigos.


Pintada anticlerical sobre una inscripción en el puente sobre el Ebro en las cercanías de El Pilar de Zaragoza