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El catolicismo español actual es muy variado.
Dos modelos: -teología de la liberación,
la opción preferencial por los pobres
-teología de la prosperidad, la opción preferencial por los
ricos
De todos modos las generalizaciones no suelen resistir
la prueba de la variopinta realidad.
Ejemplo: los jesuitas y el ejemplo de Pedro Arrupe.
Estatua de Pedro Arrupe en la entrada principal de la
Universidad de Deusto
Y sus enfrentamientos con otros modelos de entender
la acción eclesial en diversas instancias de la jerarquía
católica, en particular durante el pontificado de Juan Pablo II,
un papa, por otra parte, muy admirado por los defensores de modelos más
tradicionales que no han tenido reparo en ubicar una impresionante estatua
suya en la entrada principal de la catedral de la Almudena en Madrid.
Estatua de Juan Pablo II
en la entrada de la catedral de la Almudena en Madrid |
Dentro de los líderes católicos españoles,
destacando porque además ha alcanzado con enorme celeridad no solo
la beatificación (menos de un cuarto de siglo después de
su muerte), sino también la canonización (solamente un decenio
después de su beatificación) ha sido el fundador del Opus
Dei, José María Escrivá de Balaguer, otra figura excepcional,
que cuenta en el interior de la catedral de la Almudena con una capilla
propia desde incluso antes de su reconocimiento como santo.
Capilla de San Josemaría
en la catedral de la Almudena en Madrid |
Opus Dei: 2000 sacerdotes y cerca de 90.000 miembros
Jesuitas: 18.000 religiosos, la orden católica
más numerosa en el mundo.
Opus dei y el modelo de reivindicación de la vida santificada gracias a la figura de San Josemaría Escrivá, su fundador, presente en buen número de altares y recordatorios por toda España configuran un camino por el que deambulan muchos otros.
Algeciras, Nuestra Señora de Europa, altar de
San Josemaría
Altar mayor de la iglesia del santuario de Torreciudad
en el que destaca a la izquierda la estatua orante de San Josemaría
Oratorio de Caballero de Gracia, Madrid. Santos y beatos
del Opus Dei
Destaca la beatificación como senda hacia los
altares en la conformación de un santoral moderno en el que una
piedad mucho más racionalizada sustituye a los viejos exvotos del
pasado y a aquellos santos remedieros que casi eran como médicos
especialistas (casi como los viejos dioses de la curación de la
época romana o incluso previa) como San Blas o el más generalista
y muy venerado San Roque.
Imagen de San Blas en la iglesia de
San Francisco en Santa Cruz de Tenerife |
Estatua de San Roque, patrón de la enfermedades
contagiosas, realizada por Cristino Mallo en las inmediaciones de la iglesia homónima en Santander |
El santoral español, de todos modos, está creciendo mucho en las últimas décadas, y desde caminos muy diversos, desde los centenares de mártires de la Guerra Civil a un santo gitano como Ceferino Giménez Malla o una santa sevillana muy popular como Ángela de Cruz y las propias casas o parroquias que los vieron nacer o bautizarse no dejan de reivindicarlo.
Algeciras, Nuestra Señora de Europa, altar del
Pelé, santo gitano
Casa natal de Santa Ángela de la Cruz en Sevilla, carteles indicando su beatificación y canonización |
Parroquia de San Sebastian en Madrid y su reivindicación
de la santidad de una de sus feligresas de antaño
Contramodelo: Marcial Maciel y la pedereastia.
Quizá una parte del anticlericalismo y anticatolicismo
fóbico de algunos españoles se nutra de biografías
en las que tales vejaciones y violencias pudieron sufrirse o presenciarse.
Otro grupo que tiene un impacto destacado en muchas parroquias y que se encuentra tras la fundación de la Universidad Católica de San Antonio de Murcia es el Camino Neocatecumenal.
Parroquia de San Sebastián en Madrid, cartel en
la puerta principal
Lo lideran los españoles Carmen Hernández y Kiko Argüello (Francisco José Gómez de Argüello) como figura carismática, tanto por su capacidad de convocatoria como por medio de sus trabajos artísticos, que por ejemplo pueblan la joya arquitectónica (dudosa para algunos) que es la Catedral de la Almudena de Madrid.
Madrid, plaza de Colon, Kiko Argüello enfocado en
la pantalla de seguimiento de la concentración
a favor de la familia organizada por el arzobispado de
Madrid en diciembre de 2008
Madrid, catedral de la Almudena. Vidrieras y pinturas
de Kiko Argüello
La nueva catedral de Madrid sería solo comparable
(salvas sean las distancias en opinión de muchos) en su impacto
quizá con el empeño gaudiano en vías de culminación,
aunque todavía afeado exteriormente por las grúas, con casi
un siglo de retraso, de la Sagrada Familia de Barcelona, meta turística
de primer orden, admirada unánimemente, que presenta una impresionante
arquitectura e iconografía que hasta ha merecido una inauguración
adelantada por parte del papa Benedicto XVI.
Sagrada Familia de Barcelona, legiones de turistas admirando
las bóvedas del templo
Sagrada Familia de Barcelona, placa conmemorando la inauguración
del templo por Benedicto XVI
Del mismo modo la Almudena fue inaugurada por Juan Pablo II y así lo reflejan los bajorrelieves de la puerta principal, obra de Luis Sanguino.
Puerta principal de la catedral de la Almudena mostrando
la inauguración por Juan Pablo II
del templo en presencia de los reyes Juan Carlos y Sofía
Ambos ejemplos son muestras destacadas del nuevo patrimonio excepcional del catolicismo democrático de la rica España del tercer milenio en el que la financiación y la tecnología han sido capaces de adelantar o culminar obras que, a pesar de todo el peso y la fuerza (supuesta) del nacionalcatolicismo, habían permanecido en estado inconcluso.
OTROS GRUPOS:
-Comunión y Liberación
-Grupos eclesiales de base
-colectivos con cierto impacto social como la Asociación
de teólogos y teólogas Juan XIII en cuyo seno destacan figuras
como sus primeros presidentes Casiano Floristán y Enrique Miret
Magdalena o miembros relevantes como Juan Antonio Estrada, José
María Castillo o Juan José Tamayo, todos ellos muy prolíficos
escritores.
En el caso español la tensión entre los modelos de teología de la liberación y de la prosperidad ilustran de modo muy notable la abigarrada diversidad de un catolicismo que presenta una destacada viveza.