Material preparado por Francisco DIEZ DE VELASCO Este material electrónico tiene licencia Creative Commons (atribución no comercial sin derivadas 3.0 unported) Las fotografías y los textos han sido realizadas por el autor, que pertenece al grupo de investigación HISTOREL de la UNIVERSIDAD DE LA LAGUNA |
El catolicismo es la religión mayoritaria en España y el peso del patrimonio católico es de tal calibre que no se puede más que ofrecer de él algunas pinceladas de una totalidad casi inabarcable. Lo católico constituye una referencia que está por todas partes, tanto como reflejo del pasado como mostrando una práctica bien arraigada en el presente y que reivindica orgullosamente su voluntad de seguirlo siendo. Desde las calles a los puntos de alta montaña, o poblando de nombres ilustres los recordatorios de las iglesias.
Calles y plazas de Madrid con cruces en los nombres y
las imágenes que las representan
Altar a la Virgen de las Nieves con el Pico Veleta al
fondo, en la Sierra Nevada de Granada
Parroquias con una feligresía famosa que no deja
de reivindicarse (Madrid, parroquia de San Sebastián)
Datos de la Conferencia Episcopal Española (Oficina
de Estadística y Sociología de la Iglesia):
-23.000 parroquias
-18000 sacerdotes
-69 diócesis
-15 arzobispos (incluyendo el castrense)
-un millar de monasterios con un
centenar de congregaciones masculinas donde sirven casi 12.000 religiosos
-más de 300 congregaciones
de mujeres con más de 60.000 religiosas
Datos de los tres registros de asuntos religiosos del
Ministerio de Justicia:
-más de 12.000 entradas
en el de Entidades Religiosas Católicas
-más de 300 en el de Fundaciones
Canónicas.
-grupos minoritarios: más
de 6000 lugares de culto
Se evidencia el peso del catolicismo que en una estimación
general que tiene en cuenta todos los datos antes citados debe superar
las 40.000 instituciones y entidades en toda España.
Datos de la explotación de lugares de culto del
Observatorio del Pluralismo Religioso en España de 2014
Barómetros del CIS: los que se definen como católicos en España en torno a un 70%.
Habría por tanto en España unos 35 millones
de católicos confesos. Pero poco cumplidores, por ejemplo en el
caso de las confesiones con porcentajes mínimos de seguimiento (inferiores
al 5%). Rresulta un mecanismo muy depurado y personalizado de control doctrinal
y moral que valoran en gran medida ciertos colectivos, entre los que destaca
el Opus Dei.
Por ejemplo en el impresionante santuario que han
levantado en Torreciudad, Huesca, la zona para confesiones está
permanentemente operativa en varios idiomas y muy bien indicada en carteles
que incitan a su uso.
Torreciudad (Huesca) Vistas del santuario
Torreciudad, zona de confesionarios
Asistencia a misa con sierta siduidad: 15%.
Un número que se aproxima bastante al de personas
que en su declaración de la renta de los últimos años
apuestan por marcar la casilla de ayuda a la Iglesia católica (que
superan los 7 millones de un número total de declarantes en torno
a los 20 millones).
Cambio en las actitudes en lo relativo a la moral sexual. Pero hay que tener en cuenta el factor inmigración para evidenciar un modelo más tradicional que llena ciertas iglesias de fieles de origen latinoamericano.
Interior de la iglesia de Nuestra Señora del Carmen
y San Luis en Madrid en una misa dominical
en la que el aforo está completo, la afluencia
de inmigrantes latinoamericanos es destacada
Camino de ida y vuelta: españoles sirviendo como sacerdotes, obispos y misioneros fuera de España y sacerdotes no españoles de origen sirviendo en España: evidencian el carácter universal del catolicismo.
NUEVO TERRITORIO DE VOCACIÓN: la acción social y asistencial católica cuyo mejor ejemplo es Caritas con más de 50.000 voluntarios. En general hay dos centenares de hospitales y ambulatorios, más de medio millar de centros de acogida y orfanatos (con unos 25.000 huérfanos bajo tutela), un millar de centros para ancianos (con unos 70.000 ancianos asistidos) a los que se añaden miles de centros especiales que marcan las características de la acción asistencial católica.
Local principal de Caritas diocesano de Valladolid / Local de Caritas
parroquial en la calle del doctor Ayela en Alicante
EJEMPLO DE ALGECIRAS y elementos de invisibilización
católica:
En las zonas deprimidas de las ciudades los comedores
de Caritas asisten a un número creciente de personas y el caso de
Algeciras puede servir para mostrar el pulso de un mundo en el que la diversidad
religiosa es cada vez más evidente y visible. En la misma calle
y no muy lejos del comedor de Caritas se sitúa también el
local de Remar, organización cristiana evangélica especializada
en la ayuda a toxicómanos que se asocia a la Iglesia Cuerpo de Cristo,
que resulta particularmente visible en la línea habitual de esos
centros. Resulta destacable que el edificio de Remar concite muchas más
miradas que el comedor de Caritas, quizá porque la institución
católica, que tiene más de 60 años de trayectoria,
está tan imbricada en nuestra mirada rutinizada que casi no resultan
verdaderamente visibles ni siquiera los comensales que diariamente traspasan
sus puertas mientras que los camiones de transporte de Remar destacan y
no solo por lo chillón de sus carteles.
Algeciras, comedor Padre Cruceyra de Caritas / Centro Remar de Algeciras
INVISIBILIZACIÓN CATÓLICA QUE DERIVA DE LA COSTUMBRE PERO QUE ES UN CAMINO SIEMPRE ABIERTO PARA LA GRAN CANTIDAD DE CATÓLICOS SOCIOLÓGICOS QUE HAY EN ESPAÑA
Un fenómeno notable: la invisibilización
relativa del catolicismo que es consecuencia en este caso no del número
(pues es la mayoría), sino de la costumbre.
Es una más de las manifestaciones de la fuerza
de la mayoría que a nivel individual configura el perfil del católico
que podríamos definir como “sociológico”. Pasa por la religión,
pero como una formulación familiar que configura los modos de entender
parcelas del mundo dadas por supuesto. Por ejemplo entiende la acción
caritativa emprendida por la Iglesia católica como un comportamiento
que casi podríamos denominar como “natural” (es decir que funciona
sin que él personalmente necesite implicarse lo más mínimo
en ello) del mismo modo que la iglesia que ordena el territorio urbano
a su alrededor es el estado “normal” de las cosas sin que sea necesaria
su presencia en su interior. No desarrollan el más mínimo
cumplimiento religioso pero reconocen que si quisiesen empezar a hacerlo
no tendrían que hacer otra cosa que entrar en la iglesia sin más
preguntas por parte de nadie. Puede que no sigan el “magisterio de la Iglesia”
en cuestiones de moral sexual, pero su identificación algo laxa,
en la que se une una cierta condición postmoderna que rehúye
de los pensamientos y apuestas vitales fuertes con la certidumbre del "ser
sin tener que demostrar que se es" que proviene de haber nacido en la religión
mayoritaria, puede tornarse en apuesta más fuerte si las circunstancias
conducen a ello. Como cuando alguna vicisitud lleva al interior de una
iglesia y los olores, que tanta fuerza de memoria vehiculan, o la vista,
que se posa sobre imágenes y colores recordados, o en general cualquier
mecanismo que pueda desembocar en la añoranza de otros tiempos en
que quizá la juventud y su plenitud estaba más cerca, pueden
convertir el cumplimiento en costumbre. Esa es otra de las fuerzas de la
mayoría que en ocasiones no se tiene en cuenta a la hora de contabilizar,
cuantificar y computar; que somos lo que aprendimos y estamos sujetos a
los modelos que ahormaron nuestros sentidos. Así el perfil del catolicismo
sociológico se puede transformar (y con la edad no resulta extraño
que ocurra) en catolicismo más activo y lo que algunos pudieron
analizar como desafección (y a escala social como secularización)
pueda resultar solo una hibernación, que conlleva la paradoja para
tantos sociólogos de la desecularización, del retorno de
una religión que parecía haberse marchado.