Propone dos reflexiones de base:
1) tomar conciencia de la importancia
que puede llegar a tener el marco jurídico y en particular el constitucional,
en la configuración del campo religioso. En nuestro país,
con la apuesta desde la primera constitución por establecer una
religión nacional y prohibir el libre ejercicio de las demás,
se ahondó en lo que se podría denominar como una anomalía
española: la del rechazo desde el Estado al desarrollo de la libertad
religiosa,
2) plantear que la libertad religiosa
resulta un elemento clave en la construcción de un modelo de convivencia
democrática plena.
Se centra el módulo en el estudio de los siguientes
temas:
1) el nacionalcatolicismo, es decir
la identificación oficial de españolidad con catolicidad,
que puede detectarse desde la constitución de 1812, y que tuvo una
muy larga trayectoria, puesto que perduró hasta los últimos
años del franquismo.
2) El gran cambio que se produjo
con la constitución de 1978 y el pleno establecimiento de la libertad
religiosa en España, que transformó el campo religioso español.
El modelo nacionalcatólico quedó superado
en 1978, pero algunos de sus símbolos pueblan el patrimonio cultural
español, y sirven de recordatorio de que la libertad religiosa ha
sido una apuesta reciente, y que la renuncia secular a la misma fue una
perdurable anomalía española.
Madrid, Palacio Real,
detalle de la cruz que corona la cúpula de la iglesia del palacio. Su tamaño simboliza la preeminencia de este templo en el que confluyen monarquía española y catolicismo |
-Francisco Díez de Velasco, Religiones en España, Madrid: Akal, 2012, pp. 152-171.