Material preparado por Francisco DIEZ DE VELASCO
UNIVERSIDAD DE LA LAGUNA
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EL ¿SUICIDIO? RELIGIOSO JAINA

DOCUMENTACIÓN:

"EL VOTO DE LA MUERTE ILUMINADA. ... en algunos lugares se recomienda la inclusión de un ... voto suplementario o último rito (anta-kriyá): la muerte voluntaria o decisión de cometer eutanasia por ayuno absoluto (sallekhana-vrata, samlekhana o samadhi-marana. Es el más sagrado de todos los votos. De lo que se trata con la muerte voluntaria jainista es de llegar al momento de la muerte con la conciencia clara, sin que la senilidad o la enfermedad, por ejemplo, hayan llevado a romper involuntaria y fatalmente ninguno de los votos anteriores o de las obligaciones rituales de los ascetas. Por esto el Sutrakritanga recomienda el sallekhana cuando uno está ya incurablemente enfermo o en extrema vejez, cuando -como dice el texto- conoce que el lapso de su vida llega a su fin. Toda una existencia de observancias religiosas y meditación podrían ser vanas si con la enfermedad, la debilidad, la senilidad o la necesidad, se acabara violando el dharma. La autopurificación pierde su significado con la decrepitud. En cambio, si los momentos finales son de meditación serena, incluso faltas serias podrían ser erradicadas y aniquiladas. Puesto que nadie fuerza al devoto y éste lo hace con dedicación y entrega, Pujyapada considera que al acto no puede llamárselo suicidio...  El rito debe ajustarse a unas recomendaciones bien prescritas. Se aconseja llevar a cabo el acto en un templo, un tirtha sagrado o, en su defecto, en el hogar. Con el consentimiento familiar y la supervisión de un asceta -quien tendrá que aprobar que el aspirante está suficientemente cualificado para llevar a cabo el rito-, el devoto comienza un ayuno gradual, siempre ayudado por la meditación. Excepto el ayuno, todo otro método de eutanasia está prohibido. Primero se abstiene de alimentos sólidos, luego subsiste sólo con líquidos, siempre en meditación y con determinación fuerte, susurrando el namaskara-mantra o escuchando cómo lo recitan sus acompañantes. Ningún deseo de alcanzar los cielos superiores, de ganar mérito religioso o de tener una muerte rápida debe enturbiar el rito, pues eso no sería sino otra forma de apego y, por ende, de suicidio. Realizará las confesiones de sus faltas... A continuación, la práctica del ayuno se lleva a su conclusión lógica y dejará de alimentarse completamente. Finalmente llegará la hora de la muerte en meditación (samadhi-marana), que es como se prefiere llamar al acto en los textos. El sallekhana... es un voto muy recomendado para los ascetas. De hecho, muchísimos ascetas moribundos optan por tomarlo en sus últimos momentos. Pero por la epigrafía y los mausoleos erigidos por los fieles sabemos de miles de ayunos absolutos de ascetas que estaban en perfectas condiciones. El rito puede sonar fuerte, más a alguien crecido en la cultura occidental, que tradicionalmente no ha aceptado la muerte voluntaria -pues nadie, salvo Dios, tiene derecho a dar o quitar la vida- y que posee un verdadero terror por la finitud. Para los occidentales, la muerte es la extinción de nuestra individualidad, la muerte es la terrorífica puerta de la nada. Por tanto, la cultura occidental, alimentada por la escatología judeocristiana, ha optado por la vía opuesta, por prolongar a toda costa y con los medios que sean necesarios la vida de los enfermos terminales. Pero en la India, y en la comunidad jainista en particular, el hecho de morir posee otras connotaciones y su actitud es diferente. Por un lado, Dios no interviene en este asunto. Por sus concepciones del karma y la naturaleza del jiva el jainismo considera que la persona es responsable de su destino. Su posición ante cuestiones como la de la prolongación artificial de la vida es claramente de no interferencia. No es que los orientales se muestren impasibles ante la muerte. La muerte desencadena siempre una angustia emocional; sin embargo la angustia existencial está ausente. La pérdida del ego no deja de ser a lo que aspira el jainista. El jaina convencido de la inevitabilidad de karma no tiene miedo a la muerte". Agustín Pániker, El jainismo, Barcelona, Kairós, 2001, pp. 499-501.



Pautas para el trabajo personal sobre el material:

Finalidad principal: reflexionar sobre la diversidad de imaginarios en relación con el momento del morir que ofrecen las religiones y las diferentes formas de enjuiciar un acto de violencia religiosa como puede ser el que se estudia.

Se trata de una cuestión que se trata con ulteriores argumentos al hablar de las nuevas religiones y los grupos religiosos apocalípticos.