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Material preparado por Francisco
DIEZ DE VELASCO
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El señor habló a Moisés y a Aarón:
decid a los israelitas:
De los animales terrestres podéis comer todos
los rumiantes, bisulcos, de pezuña partida; se exceptúan
sólo los siguientes: el camello, que es rumiante, pero no tiene
la pezuña partida: tenedlo por impuro; el tejón, que es rumiante,
pero no tiene la pezuña partida: tenedlo por impuro; la liebre,
que es rumiante, pero no tiene la pezuña partida: tenedla por impura.
Y el puerco, que es bisulco y tiene la pezuña partida, pero no es
rumiante: tenedlo por impuro. No comais su carne ni toqueis su cadáver:
son impuros.
De los animales acuáticos, de mar o de río,
podéis comer los que tienen escamas y aletas. Y todo reptil o animal
acuático, de mar o de río, que no tenga escamas y aletas,
tenedlo por inmundo. Son inmundos: no coamis su carne, y tened por inmundo
su cadáver. Todo animal acuático que no tiene escamas y aletas
tenedlo por inmundo.
De las aves tened por inmundas las siguientes, no son
comestibles, pues son inmundas: el águila, el quebrantahuesos y
el buitre negro; el milano y el buitre en todas sus variedades; el cuervo
en todas sus variedades. Y el avestruz, el chotacabras y la gaviota; el
halcón en todas sus variedades; el buho, el mergo y el mochuelo;
la corneja, el pelícano y el calamón. Y la cigüeña
y la garza en todas sus variedades; la abubilla y el murciélago.
Y todo insecto que camine a cuatro patas tenedlo por
inmundo. De estos insectos de cuatro patas podréis comer únicamente
los que tiene las patas traseras más largas que las delanteras,
para saltar con ellas sobre el suelo. Podéis comer los siguientes:
la langosta en todas sus variedades, el cortapicos en todas sus variedades,
el grillo en todas sus vanidades, el saltamontes en todas sus variedades.
Los demás insectos de cuatro patas tenedlos por inmundos.
Pautas para el trabajo personal sobre el material:
Intentar comprender las razones de un conjunto de prohibiciones
alimentarias como el anterior.
Una de las posibles explicaciones es la de construir
unas señas de identidad diferenciales que impongan límites
a la comensalidad fuera del marco de la religión nacional.